El riesgo del populismo
La Firma de Julio Villarrubia
El riesgo del populismo
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Palencia
Estimados oyentes, me permito hoy, en momentos de incertidumbre, compartir con vosotros algunas reflexiones.
Me parece que en España se viene produciendo una devaluación de principios que creíamos asentados en nuestra sociedad una vez recuperadas la democracia y la libertad. Había deseos de justicia y sentimientos de solidaridad.
La devaluación que comento, se produce en todos los ámbitos de la sociedad y también en la política, que no es más que un reflejo del conjunto de la sociedad que tenemos (sindicatos, partidos, empresarios, medios de comunicación, instituciones, asociaciones y organizaciones de todo tipo).
El valor absoluto del dinero y la apariencia de lo material, quizás estén en el origen de este proceso.
En el ámbito político he vivido, con enorme preocupación, como el nivel del conjunto de nuestros representantes se ha ido rebajando. He visto alejarse a buena parte de los mejores sin recambio por otros de similar perfil, sino más bien lo contrario.
Sin duda que el desprestigio social de lo público, alentado contra todos, incluídos los que han dado lo mejor de su vida intentando luchar por una sociedad más justa y por mejorar la vida de las personas (a veces con muchas renuncias y sacrificios de todo tipo) han sido causa importante de esta devaluación, que hace difícil que los mejores sigan y que otros se acerquen. No debemos exigir héroes y sí entrega, limpieza y honradez.
El momento que vivimos: de aumento de la pobreza y la desigualdad…, con un gran incremento de pobres, a la vez que de multimillonarios…, de pérdida de valores y de solidaridad (cada vez más incluso entre la clase trabajadora; prima el “sálvese quien pueda”; hasta hace poco no era así)…, de un deterioro de todo lo público que urge revertir por el bien de la mayoría…, de un nivel de corrupción insoportable…, de una indignación justificada.
Todo esto crea un caldo de cultivo, en Europa y en España para que triunfen los populismos. Estos “dicen a la gente lo que quiere oír, halagando sus pasiones o hurgando en sus heridas”.
Estos movimientos, con frecuencia, tienen personas sin valores ni escrúpulos (algunas también han entrado en las organizaciones políticas existentes), a las que poco les importa el interés general; vienen claramente a servirse y no a servir y suelen tener un perfil de laboratorio y con escaso corazón; creo que son un auténtico peligro para el conjunto de la sociedad.