Prisión para el acusado de secuestrar y echar pegamento en la vagina de su víctima
El Magistrado sigue la petición del Ministerio Fiscal al considerar que la mujer, una faberense de 36 años, ha hecho un relato coherente de los hechos y ante la existencia de las lesiones
Ponferrada
Prisión comunicada y sin fianza para el acusado, I.R.G, de 35 años, por una mujer de Fabero de urdir un secuestro y llevarla ante él para vejarla con el objeto de preparar su muerte.
El Magistrado del Nº5 respalda por tanto la petición que ha hecho el Ministerio Público después de entender que hay un relato coherente por parte de la víctima y unas lesiones probadas mediante informe médico.
La mujer, explica su abogada, relató en su declaración ante el juez incluso los pantalones y el calzado que llevaban tanto sus dos secuestradores como las zapàtillas de deporte que calzaba su expareja, "quien reconoció que los había adquirido después de haber dejado su relación con ella, por lo que no podía saber de ellos", explica la letrada, Emilia Esteban.
No sólo eso, la mujer de 36 años también ha hablado de la complexión de los dos individuos que sigue buscando la guardia civil y del coche negro de dos puertas en el que fue trasladada hasta el domicilio del presunto maltratador en Bembibre. El abogado de la defensa ha pedido la grabación de las cámaras de dos puntos concretos, la gasolinera de fabero, por la que deberían haber pasado, y la de la residencia de ancianos de Bembibre, una de las entradas al domicilio del acusado. Es importante dice, por su parte, la letrada de la acusación, "que se de con ellos porque incluso podrían declarar"
Previa a la decisión judicial, los técnicos del servicio cometa han podido comprobar, según afirmó Esteban, "que la pulsera telemática que lleva el individuo no cambia la orden de ubicación en la distancia que hay entre el punto de la vivienda, en el que él dice haber estado, y la bodega en la que la víctima asegura haber estado maniatada". Es una prueba en la que también se basa el Ministerio Fiscal, y que sin embargo, le pareció irrelevante al letrado de la defensa, que pidió libertad para su defendido.
En la línea de lo que ya había adelantado la demandante, su letrada también ha pedido la protección de su hijo, un menor de 12 años, que no es hijo del acusado .