Santalices: "Espero ser recordado por pasar desapercibido y dejar trabajar"
El presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices, espera que su etapa al frente de la institución sea recordada porque “pasó desapercibido y los parlamentarios pudieron trabajar de forma agradable” y aguarda una legislatura en la que el Parlamento, “el de mayor capacidad legislativa de España”, mantenga su producción y “consolide” el proceso de ser la cámara “que más se abrió a la sociedad a través de los mecanismos de participación ciudadana que tenemos en marcha”.
Entrevista en Hora 14 con Miguel Santalices
14:58
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En una entrevista en la Cadena SER, Santalices admitió que no fue hasta el mismo viernes por la mañana, poco antes de la constitución del Parlamento, cuando Núñez Feijóo le comunicó en la reunión del grupo popular que seguiría en el puesto que ocupaba desde enero, cuando sustituyó a Pilar Rojo, hoy diputada en el Congreso.
- "Nostalgia" de beiras
En esa decisión cree que pudo “tener influencia” su trabajo en estos meses porque “logramos introducir tres o cuatro cosas en la mecánica parlamentaria más importante, como la participación ciudadana y una reforma del reglamento sin demasiadas estridencias”. Si, además, “todo esto viene avalado por un resultado muy importante como el que tuvo la provincia de Ourense”, por la que es diputado, eso “ayudó” a su candidatura.
Pese a que el PP cuenta con mayoría absoluta también en la Mesa, Santalices prefiere “tirar más por la vía del entendimiento”, como hasta ahora, utilizando el “consenso”. “Pocas veces votamos, una o dos nada más, y me gustaría que siguiese siendo así, que la Mesa tuviese un nivel de entendimiento grande y que las cosas salgan”.
Es el único que repite en el órgano de gobierno de la cámara, pero relativiza la inexperiencia de sus compañeros, como el vicepresidente, Diego Calvo, que por su etapa al frente de la Deputación de A Coruña ya “conoce la mecánica de cómo se deben modular o regular determinados plenos”.
Está seguro de que se logrará ese “entendimiento” que reclama, incluso con la presencia de una integrante de una fuerza rupturista como En Marea. “Conozco a Eva Solla porque llevaba los temas de sanidad cuando yo era portavoz; es una mujer trabajadora y creo que en la Mesa va a tener una labor institucional importante”.
Con las dos fuerzas mayoritarias de la oposición con el mismo número de escaños, Santalices cree que “tienen que definir qué es lo que realmente le preocupa a Galicia y cada partido deberá adoptar su estrategia” y ver si funciona en las elecciones, “parámetros muy buenos para medirla”. “La sociedad lo que nos pide hoy es que hablemos en el Parlamento de los temas que nos preocupan, lo que está pidiendo es que les demos soluciones; cada grupo puede orientarlo como considere oportuno pero en el fondo está siempre eso”. Por eso, aunque las fuerzas de izquierda estén “más igualadas” habrá que ver “cómo se enfocan determinados temas y cuál es su posicionamiento en temas en los que puede haber controversia incluso entre los grupos de la oposición”.
En su discurso de toma de posesión, el presidente de la Cámara insistió en pedir “respeto institucional”, algo que “nunca está de más”. Como diputado veterano, que estuvo en la oposición y también respaldando a gobiernos, sabe que las interrupciones frecuentes “molestan y hacen perder la fuerza del discurso al que está en el uso de la palabra”.
“El papel del presidente es velar para que los diputados puedan hacer su trabajo sin interrupciones; ya sé que algunas va a haber, lo que busco es que no sean la tónica general, que no tenga la preocupación de que lo van a interrumpir y que pueda hacer un razonamiento para que tanto los parlamentarios como la sociedad puedan entender de lo que habla”.
Él, que fue “un diputado aguerrido”, defiende la dureza en los debates pero dentro de “unos límites” “Yo fui director de un hospital psiquiátrico y sé que, cuando a veces utilizamos sin darnos cuentas expresiones como la de ‘borderline’, a la gente le molesta porque piensa que eso forma parte de una patología que nosotros estamos utilizando como un insulto hacia un rival político”.
Diputado desde hace dos décadas, Santalices admite los cambios de imagen de los parlamentarios en este tiempo, “aunque tengo que decir que yo no creo que guardar compostura en determinadas cosas esté reñido con ser de derechas o ser de izquierdas”. Recuerda cuando diputados de izquierda, como el ex conselleiro Suárez Canal, “de la línea más dura del BNG”, usaban corbata y era “imposible” imaginar a un representante del PP sin ella. “Hoy, muchos de los nuestros ya no vienen con ella”.
Deja claro que le gustan menos “otras vestimentas que dejan mucho que desear” en un pleno donde “la sociedad nos está mirando y da sus opiniones”. “Hay determinadas cosas con las que un parlamentario no puede venir y el presidente tiene la obligación de hacerle una advertencia”. Apuesta por la labor “preventiva”, al saber quién va a intervenir “se puede hasta tratar de negociar que se reconduzca esa situación”.