¿Y nuestras pensiones qué?

Palencia

Quienes tengan la fortuna (si esto sigue así de mal cada vez serán menos) de acumular al menos treinta y cinco años trabajando pueden quedarse sin la pensión que merecen. Sin el ahorro por el que han pagado, y trabajado, durante toda su vida laboral. Pese a que los políticos (no les conviene) no nos hablan de ello, el panorama a medio plazo puede ser desolador

¿Qué caterva de inútiles crearon un sistema que sólo funcionaría en caso de pleno – y bueno – empleo? ¿En qué estaban pensando para no disponer de un plan alternativo si la situación económica cambiaba? Si, por ejemplo, el nuevo empleo era lo que hoy es: precario, insuficiente y por tanto de muy poca cotización. Efectivamente, pensaban en ellos porque a ellos esto tampoco les afectará lo más mínimo.

Ellos, muchos, se enriquecieron. Algunos incluso robando, con la anuencia del sistema. A esos no les harán falta las pensiones, pero a muchos otros sí. Y no digamos a quienes ya no tienen ni paro. Y a quienes en el paro, por su edad y las condiciones del mercado, no volverán siquiera a poder trabajar.

En España tenemos una seguridad social universal. Lo que a cada uno le retiran de la nómina no es sólo para él. Ni solamente para su pensión. Nos lo vendieron como un sistema gracias al cual otros – entendíamos que quienes más necesitaban y menos tenían – también se beneficiarían del dinero que nos quitan del sueldo. Y resulta que es al revés. Que a quienes no nos sobra – empleados, pequeñas y medianas empresas – nos quitan para quienes menos necesitan. Para enriquecer aún más a los de arriba, para salvar a los bancos de sus pésimas gestiones, para recortar y hacer que paguemos más en educación y sanidad. Y ahora para quedarnos sin lo que nos corresponde de pensión. Las grandes empresas, las multinacionales, apenas pagan. Y, junto a los bancos, nos gobiernan y obligan.

Menos mal que gracias a las últimas elecciones, a los últimos resultados, el "nuevo” gobierno se pondrá rápidamente a ello y lo cambiará todo: no habrá más recortes. Se creará nuevo – y bueno – empleo y, como corresponde, cada trabajador tendrá derecho a la pensión que ganó.