La ludopatía destroza al enfermo y a sus familias

Castilla y León

Las luces y sonidos de las tragaperras parecen estímulos inofensivos para que nos gastemos un euro en las máquinas, pero para el 3% de la población suponen 'la ruina', primero económica y luego familiar. Son adictos al juego: "Yo me gastaba todo lo que tenía en el bolsillo. Engañaba a mi familia para seguir jugando. Con todo lo que me he gastado, podría haberme comprado dos pisos en plena Plaza Mayor", asegura José Antonio, es ludópata. Lleva unos años rehabilitándose pero su calvario con el juego comenzó hace más de treinta. "Empecé a jugar cuando era joven y tuve mi primer trabajo. Pensaba que yo controlaba, pero no fue así". El juego se apoderó de su vida y comenzó la rehabilitación obligado por su mujer y sus hijas, quienes con el tiempo han sabido perdonarle.

El caso de Geno es distinto. En un momento en el que atravesaba por problemas personales, hace ya 12 años, comenzó a jugar y, no solo perdió el control, "perdí el dinero y perdí a mi familia. Lo perdí todo. Ahora mismo, mi hija ha vuelto a hablarme pero mi hijo no me perdona. Espero que algún día lo haga". Un duro caso, similar al de otras mujeres, ya que, si hablamos de adicción al juego, ellas están peor vistas que los hombres.

José Antonio y Geno nos han contado su historia en A vivir que son dos días Castilla y León.

La ludopatía es un trastorno en el que la persona siente el impulso de jugar y apostar de forma persistente, progresiva y sin control, afectando negativamente a su vida personal y familiar.

La aparición del juego on line y las apuestas deportivas alerta a los expertos que sitúan la edad de inicio al juego en los 16 años.