Muerte digna

Alicante

Es una obviedad -o no tanto, por lo que les contaré- que los políticos deben velar por mejorar la vida de los ciudadanos. Y si fuera posible, por hacerles felices y proteger su dignidad.

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La pasada semana leíamos cómo un político democristiano holandés de 78 años se suicidaba después de que a su mujer, de 76, le aplicarán la eutanasia. Ambos tenían una enfermedad incurable. Ella, en un grado superior. Ambos llevaban 53 años juntos. En Holanda, tienen una ley de eutanasia desde 2002.

Aquí, en la Comunitat Valenciana, el Consell acaba de aprobar una ley de igualdad de género que reconoce los derechos sanitarios, sociales y administrativos de personas transexuales. Hace unas semanas, en El País leíamos el emotivo testimonio de padres de hijos de un sexo atrapados en un cuerpo que no sienten como propio.

Por todo ello, más allá de cuestiones puntuales, hay que congratularse por la nueva normativa autonómica, porque hace felices a muchas personas y no obliga a nada al resto.

Afortunadamente, avanzamos en derechos pero todavía nos queda recorrido para que podamos tener una muerte digna.

@CarlosGArcaya