El Cádiz madura y Ortuño carbura

Cádiz

Nueva victoria. Dos de forma consecutiva. Cinco partidos sin perder. El Cádiz madura como equipo y demuestra madurez para saber matar los partidos. Cifuentes fue clave en el encuentro, el portero con sus intervenciones en los últimos minutos, peo sobre todo con el penalti que atrapó en el minuto 17, dio vida a los de Cervera. El equipo amarillo planteó un partido serio y sabiendo cuál es su juego. Ortuño recuperó el olfato goleador y dio tres nuevos puntos al equipo cadista.

La primera mitad arrancó con dos equipos que eran un espejo. no querían problemas en la retaguardia. Los jugadores de la zaga mandaban la pelota arriba y una vez pasada la divisoria comenzaba a tocar. El Huesca acumulaba jugadores en la media punta y con la calidad de sus jugadores de ataque inquietaba la puerta de Cifuentes. El Cádiz lo hacía con transiciones rápidas, pero eso sí, ni uno ni otro disparaban a puerta.

Así hasta que pasado el cuarto de hora el colegiado Ais Reig señalaba penalti de Aridane. Todo se ponía poner cuesta arriba, pero Cifuentes adivinó el lado al que disparó el jugador del Huesca y despejó la pelota. El Cádiz se creció, la afición apretó y los amarillos siguieron plantando ante un Huesca que no bajó los brazos.

Tras el descanso los amarillos salieron con las mismas ideas que al principio del partido: Estar bien ordenados y salir con transiciones rápidas. Tras una de esas jugadas en las que el colegiado señaló falta en vez de dar la ley de la ventaja, Ortuño disparó a la barrera, pero el ariete, lejos de desesperarse por un nuevo fallo, continuó la jugada y entró al área para rematar un balón que llegaba desde el costado izquierdo acababa con la sequía del goleador de Yecla y con el balón en el fondo de las mallas.

Luego siguió el Cádiz enseñando los dientes para tratar de matar el partido a la contra. Pero los amarillos estaban bien plantados, habían madurado y no querían que sucediera lo mismo que ante el UCAM. Garrido, que había entrado por Abdullah, fue un jugador clave en la contención y recuperación de balones y el resto del equipo supo sacrificarse en el trabajo defensivo, pero sin perder de vista la portería rival.

Así llegó la segunda victoria consecutiva del Cádiz, que ya encadena cinco partidos sin perder y empieza a respirar tranquilo para seguir fraguando un equipo que poco a poco empieza a carburar.