¿Y ahora qué?
El PSOE se descalabra en la última encuesta del CIS tras la guerra interna y pierde 6,1 puntos con respecto a la última encuesta, pasando del 23,1 de julio al 17 % del CIS de octubre
Alicante
No me cansaré de recriminar a los políticos cuando quieren hacernos comulgar con ruedas de molino, sean del partido que sean, que el vicio anida en todos ellos.
Leemos en la prensa, comentando la última encuesta del CIS, que el PSOE se descalabra tras la guerra interna y pierde 6,1 puntos con respecto a la última encuesta del CIS, pasando del 23,1 del mes de julio al 17 % del CIS de octubre.
¿Y ahora qué? ¿Qué justificación da el núcleo duro del PSOE de esta caída imparable y en picado hacia la nada política? ¿A quién echarán la culpa ahora? Ya defenestraron a Pedro Sánchez, culpable de los malos resultados en las últimas elecciones. Se llenaron la boca con este argumento. Se nos dijo: muerto el perro, se acabó la rabia. Mataron al perro y la rabia aumentó.
Repito: ¿Y ahora qué? ¿A quién culpar del fracaso anunciado? ¿A que Sánchez no se quería ir y había que echarlo? Siempre pasa igual. Cuando se hacen las cosas por el propio y egoísta interés no salen bien. Bruto inició la rebelión contra César; lo acuchillaron, lo eliminaron, pero su grupo cayó en descrédito por esa rebelión sangrienta y Bruto no logró sacar el beneficio político que él y los suyos esperaban. Me parece que ahora va a pasar igual.
Las luchas internas solo producen victorias pírricas, todos pierden y nadie gana. El PSOE se está desacreditando por momentos. El estado de estupefacción que produce en sus electores es elevado. La victoria de Trump pone aún más a la izquierda moderada contra las cuerdas. Y los observadores nos preguntamos, ¿cuál es el valor que los políticos dan a la política? ¿Solo para alcanzar el poder? Entonces, apañados vamos.
