Cierra el santuario del rock en Madrid

Madrid

Esta mañana hemos viajado al Madrid de los 80. Un Madrid que está dejando de existir. Es el Madrid de las salas de cine, el de los garitos de música en directo. Entonces, la ciudad estaba en plena ebullición artística y musical. Cientos de salas vibraban cada noche con los mejores grupos, en muchas de las cuales se dieron a conocer grupos que luego triunfarían. Uno de estos lugares estaba en la Calle Trujillo.

La idea de montar un garito empezó a formarse en las cabezas de Fernando Mouro y Arturo Cobas a principios de los años ochenta, cuando pasaban una temporada en Los Ángeles. Allí descubrieron muchas tendencias musicales y videográficas y quisieron traerlas a Madrid. Así, el 11 de abril de 1985 nació El Templo del Gato, justo cuando otra sala mítica madrileña, el Rock-Ola, acababa de cerrar.

El templo pronto se consolidó como un santuario del rock, presidido por una divinidad gatuna que ocupaba el centro del escenario. Hoy hemos recordado los buenos tiempos del garito con su cofundador y propietario, Arturo Cobas. Él se define a sí mismo como un “creador de ambientes”. Dice que los clientes del templo le decían que cuando escuchaban las mismas canciones en otros lugares, las sensaciones no eran las mismas.

Esas sensaciones conquistaron también a muchos nombres conocidos. Allí iba Álex de la Iglesia a jugar al billar en el año 85, entre rodaje y rodaje de El día de la bestia. La relación del local con el cine fue mucho más allá, porque varios directores eligieron el lugar como escenario por su peculiar decoración. Allí se rodaron películas como La vida alegre, de Fernando Colomo, Historias del Kronen de Montxo Almendáriz o Sufre Mamón, una película de Manuel Summers sobre el surgimiento de la banda Hombres G.

En este templo se dieron a conocer muchos de los grupos de rock más importantes de los 80. Duncan Dhu, Los Ronaldos, Ángel y Las Guays hicieron su primera aparición en el escenario del templo... también tocaron en su escenario grupos internacionales como Offspring, NOFX, Meanies o Loved Ones.

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Son muchos los que han pasado por allí, pero ahora el Dios Gato y sus fieles se van para no volver. No cumplen la nueva normativa de insonorización de la Agencia de Medioambiente del Ayuntamiento de Madrid. Además, hacía tiempo que Arturo, que ya ha cumplido 70 años, pensaba en colgar las botas vaqueras.

Para el recuerdo de los que pudieron vivirlas quedan las noches del Templo del Gato, que se despidió definitivamente en su Facebook el 31 de octubre, en un Halloween terrorífico. Lo hicieron con estas palabras:

¿Qué es un Templo con su Santo dentro, bailando con Dios todo el rato, sin su Música de acompañamiento Rockero?

Pues eso, un Fantasma sin Datos

Un Halloween-Perpetuo

Y Tampoco es eso…

Así que nos quiten lo bailao!