Ser pobre y no poder calentarse
A Coruña
La semana pasada quien pudo encendió la calefacción. Empezaba esa sensación de frío que se hace esperar en este mundo que empieza a notar los efectos reales del cambio climático. Hay quien no pudo. Más de 163.000 hogares de Galicia, el 15% de las familias de la comunidad tienen problemas para pagar su suministro eléctrico. El fenómeno de la pobreza energética salió a la luz por los efectos de la crisis económica, la subida del paro, la bajada de los salarios y el aumento continuo de los precios de la luz en un país controlado por los bancos y las eléctricas, que en muchos casos, mirando el accionariado, son la misma cosa. Primero vino el debate sobre si existía o no pobreza energética o era sólo un invento de la izquierda. Luego el reconocimiento en medio de mil trámites. No es de recibo este modelo de organización económica. Basado en especular con el precio del dinero o el precio de la energía. Una anciana de 81 años vecina de Reus moría esta semana porque la vela con la que se calentaba prendía en su colchón y se cayó al huir del fuego. La compañía ¡Da tanta vergüenza contarlo o siquiera pensarlo! Hechos así nos demuestran que las consecuencias de este modelo no tienen nada que ver con el avance ni la civilización ¿Hay alguien ahí?
El intermedio lo volvió a clavar.
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