A los alcaldes y concejales

Palencia

Hoy quiero dedicar mi comentario a un importante colectivo de personas, a las que quiero manifestar mi reconocimiento y que son los concejales y alcaldes, concejalas y alcaldesas, especialmente los del mundo rural.

Nuestro país tiene unos 8.125 municipios, de los que 2.248 están en Castilla y León y 191 en la provincia de Palencia.

Castilla y León tiene, además, unos 4.200 núcleos de población, normalmente conocidos como pedanías o entidades locales menores; la mayor parte están en León, muchas en Salamanca y un buen número en Palencia.

Mientras Andalucía tiene tan solo 770 municipios para 8.400.000 habitantes, Castilla y León tiene 2.248 para menos de 2.500.000. En Palencia ya no llegamos a 168.000, de los que casi la mitad están en la capital y el resto en 190 municipios, con varios cientos de núcleos de población. Esto explica una parte de nuestras dificultades para la prestación de servicios.

En una época de desafección ciudadana con la política (caldo de cultivo para los populismos) quiero rendir mi homenaje a los miles de concejales y alcaldes, especialmente los del mundo rural.

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La mayoría son personas que se dedican a luchar por sus pueblos y sus gentes. Casi siempre, de forma desinteresada y altruista y sin apenas compensaciones económicas. Muy al contrario, dedican buena parte de su vida y de su tiempo a sus vecinos, en muchas ocasiones poniendo dinero de su propio bolsillo, normalmente no sobrado.

Es tal su vocación de servicio que ejercen su función sin horario, las veinticuatro horas del día, atendiendo a sus vecinos y haciendo todo tipo de labores. A veces la tarea es dura e ingrata y la compensación suele ser íntima y personal.

Este grupo de mujeres y hombres son auténticos legionarios del mundo rural. Son defensores de nuestra tierra, de nuestros pueblos, de nuestras gentes, a veces tan olvidadas.

El municipalismo es la mejor cantera para la actividad política y una experiencia recomendable para los que aspiran a responsabilidades en este ámbito.

Me permito, entre tantos, poner los ejemplos de Concha Gallardo, Alcaldesa de Támara de Campos, a la que podemos ver fregando la hermosa e inmensa iglesia de San Hipólito… o de Jesús González, en San Cebrián de Mudá que lo mismo retira la nieve, con la pala, para que los vecinos puedan acceder a sus casas, que consigue crear y mantener una reserva de bisontes en un pueblecito de la montaña palentina.

A todo este grupo de alcaldes y concejales legionarios y defensores del mundo rural, mi respeto, cariño y admiración.