Pobreza
Tener que vender hasta el último recuerdo familiar de valor para sobrevivir es obligar a las personas, a las familias, a que se expropien, a que se desahucien a sí mismas

Alicante
Ahora que ya empiezan a bajar las temperaturas, por empatía, prueben a ducharse sin agua caliente durante una semana. Aunque la cosa no tendrá nada que ver con quien lo hace por obligación todas las mañanas en sus casas frías e iluminadas con linternas o velas. Y, afortunadamente, en todas las casas de Alicante hay agua, gracias a la suministradora.

La Columna de Carlos Arcaya / Cadena SER

La Columna de Carlos Arcaya / Cadena SER
Tener que vender hasta el último recuerdo familiar de valor para sobrevivir, como nos contaba Rosa, es obligar a las personas, a las familias, a que se expropien, a que se desahucien a sí mismas.
Las administraciones tienen mucho que hacer porque todavía son las ONG las que calman las urgencias vitales de muchas personas.
En cualquier caso, la empatía que nos lleva a abrir la ducha fría es un paso mínimo, insuficiente para entender la tragedia de nuestros vecinos.
Y sé que todo lo que les cuento no es nuevo, pero se trata de romper esa espiral perniciosa de repetición de dramas que nos insensibiliza y convierte en invisibles a las víctimas. Y es que -encima- la pobreza convierte en víctimas a las personas.

Carlos Arcaya
Licenciado en Ciencias de la Información por la EHU-UPV. Redactor de Radio Alicante desde 1992, antes...




