Adiós a Europa con honor
El Super Amara Bera Bera queda eliminado en tercera ronda de la EHF tras volver a perder contra el Brest (23-19), pero dando la cara hasta el final en casa de un rival apoyado por 5.000 seguidores
San Sebastián
Agur a Europa con honor. El Supera Amara Bera Bera quedó eliminado de la Copa EHF de balonmano femenino en tercera ronda, después de volver a perder contra el Brest francés, esta vez en su cancha, a reventar con 5.000 seguidores, 23-19. Pero lo hizo dando la cara, peleando hasta el final, y siendo un equipo competitivo hasta las últimas consecuencias. No se le puede pedir más a este Bera Bera, que encima afrontaba el partido con bajas importantes, porque dijo adiós a Europa, y por ende al 2016, con toda la dignidad del mundo.
De hecho, el arranque de partido fue alentador, llegando a tener ventajas de tres, cuatro goles y cinco goles, que hicieron albergar alguna esperanza sobre un posible milagro. Porque en Europa ese tipo de resultados extraños suelen pasar. Pero poco a poco, la mayor rotación del Brest y su enorme potencia (con Marta Mangué a la cabeza) fueron poniendo las cosas en su sitio, sin dejar opción para la sorpresa. Arropadas por su público, que abarrotó las gradas de un pabellón grande y coqueto, el Brest puso el rodillo a funcionar, y el Bera Bera ya no pudo estar más cerca de la ansiada remontada. Aún así, al descanso llegó con dos goles de ventaja.
La eliminatoria estaba en todo lo alto. Había vida, había esperanza. Porque el equipo de Montse Puche, que nunca se rinde, lo estaba buscanso, lo estaba mereciendo. había hecho lo más difícil. Superar un ambiente hostil, y darle la vuelta al marcador. Pero quedaba la rúbrica, los 30 minutos decisivos. Al ecuador de la segunda mitad llegó con tres goles de ventaja (12-15), estaba a sólo otros tres goles de pasar la eliminatoria, de volvetar un resultado que parecía imposible de superar.
Pero la ilusión llegó hasta ahí. El Brest redujo diferencias, Marta Mangué se puso las pilas, el extremo hizo daño al Bera Bera, y la ventahase redujo a la nada, y en medio de su desesperación por dejar escapar una oportunidad única, el equipo francés aprovechaba para ponerse por delante y acabar llevándose el partido. El conjunto donostiarra quiso llegar a la orilla con honor, llevarse al menos el partido, ganar el encuentro de vuelta como premio a su buen trabajo, pero tampoco fue capaz, y acabó sucumbiendo de cuatro goles, un resultado tan injusto como irreal, porque no refleja lo que ocurrió durante la pista. Ahora toca descansar, resetear, aprovechar para recuperar a las jugadoras tocadas, y retomar la competición doméstica en 2017. Europa es historia, pero por delante queda el resto de volver a ganar la Liga. Las guerreras gipuzkoanas nunca se rinden.
Roberto Ramajo
Entro en el grupo en 2002 como redactor de prácticas. En 2005 se incorporó a la redacción en Gipuzkoa...