¡Pero si va desnudo!
La Firma de Manuel Acero

"¡Pero si va desnudo!", la Firma de Manuel Acero
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Palencia
Hace muchos años había un Emperador tan aficionado a los trajes nuevos que gastaba toda su fortuna en vestir con la máxima elegancia y exageración.
Un día llegaron a su reino unos pillos que se hicieron pasar por tejedores asegurando que sabían hacer maravillosos vestidos y que además eran vestidos mágicos ya que resultaban invisibles para todas las personas que fueran estúpidas.
El Emperador, bastante necio, se entusiasmó con la idea y les encargó el traje más lujoso que jamás hubiera tenido. Los pícaros se pusieron a trabajar, bueno a hacer como si trabajaban, hasta el día en que presentaron al Emperador su obra.
- Fíjese Majestad en estos colores y dibujos… ¿Verdad que es admirable - le decían los estafadores.
- ¡Santo Dios! -pensó el Emperador-. ¡Yo no veo nada! ¡Es terrible! ¿Será que soy un estúpido?.
Sin embargo sólo se atrevió a decir:
- ¡Oh, sí, es precioso!. Me lo quedo, hoy mismo lo estrenaré en un desfile por la ciudad.
Toda la ciudad había oído hablar del fabuloso y mágico traje y a pesar de no ver nada la gente del pueblo se mostraba entusiasmada, jaleaba la belleza del vestido con gritos y aplausos, hasta que un niño dijo:
¡Pero si va desnudo!
Seguro que han reconocido esta versión reducida del cuento de Andersen, “El traje nuevo del emperador”, que a mí siempre me ha encantado y que aprovecho para el comentario de hoy ya que ilustra muy bien la reflexión que sobre La Cultura, o mejor dicho sobre las culturas, quería hacer.
Verán, a cada paso me encuentro con alguien que me quiere vender algo que llama cultura. La palabra debe ser bonita ya que se utiliza con mucha frecuencia para designar a aspectos que a menudo resultan extravagantes. Así nos encontramos con la cultura de la transición, la cultura hipster, la cultura de la cerveza o de la ginebra, la cultura televisiva, la cultura fusión, la cultura grafitera… y así un no acabar de culturas y sino prueben a buscar en google y verán.
Yo me considero más bien poco culto y quizá tenga un concepto de cultura más tradicional, más relacionado con aspectos que hacen mejores a las personas y que de una u otra forma han contribuido al progreso de los pueblos a partir de disciplinas como literatura, pintura, teatro, música etc.
Pero ahora el concepto de cultura es utilizado para casi cualquier cosa. Las obras de nuestros talentosos artistas, clásicos o contemporáneos, comparten posiciones con productos vulgares o simplemente con actividades cotidianas que no pasan de ser entretenimientos sin mayor trascendencia para una sociedad.
Y lo que es aún peor es que aquellos que han sido elegidos para velar por el interés común, incluida la identidad cultural, den honores en nombre de la cultura a productos mediocres para no quedar mal o parecer antiguos. A esto no se escapa ni nuestra Palencia ni los premios Nobel.
Por ello no estaría mal que todos fuéramos más exigentes y más valientes a la hora de rescatar lo que realmente hace a las personas más grandes y con mayor espíritu crítico y no dejarnos arrastrar ni deslumbrar por tendencias o simplemente por la comodidad y decir alguna vez…
¡Pero si va desnudo!




