La madre de Antonio Ortíz cambia de versión para defender a su hijo
Dice que es "imposible" que Ortíz tuviese las llaves del piso de Sta Virgilia en abril de 2014, cuando se produjo una agresión en ese domicilio
En su declaración también afirma que limpió el colchón donde se encontraron restos fisiológicos de una de las niñas, limpieza que realizó después de la supuesta agresión
Madrid
Nuevo capítulo en el juicio al pederasta de Ciudad Lineal y nuevo giro de guión. Ha sido el turno para la madre de Antonio Ortíz, que por videoconferencia desde Málaga ha sorprendido dos veces en su declaración. Primero, porque ha aceptado contestar a las preguntas de las acusaciones (tenía derecho a no declarar), y segundo, porque ha cambiado la versión que le dio a la Policía.
Concretamente, ha dicho que es "imposible" que su hijo tuviese las llaves del piso de Santa Virgilia en el mes de abril de 2014, fecha en la que Antonio Ortíz supuestamente violó a una de las niñas en ese domicilio. Ha declarado que "ese mes no hubo contacto" con su hijo. Posteriormente, ha añadido que a partir de junio sí comenzaron "a llevar muebles y cosas al piso" porque iban a mudarse, y que, a partir de ahí Ortíz tuvo acceso a las llaves, siempre bajo supervisión materna.
También ha puesto en duda otra de las claves del caso; el hallazgo de pruebas fisiológicas en el piso de Santa Virgilia. La Policía halló en la casa restos de una de las niñas que fue violada en abril, algunos de ellos en la funda del colchón de la habitación de invitados. Sin embargo, la madre afirma que limpió ese colchón "con el aspirador, con un cepillo y pasando un trapo con agua y amoniaco" durante los meses de verano.
Esto contradice la versión de la asistenta de limpieza, que la semana pasada afirmó que ese colchón nunca se limpió. Esto es clave, puesto que en esa funda se hallaron restos de sangre de la niña, conocida en el paso como T.P 3.
Ese es el medicamento que, supuestamente, Antonio Ortíz daba a las niñas para drogarlas. La madre ha admitido que "hace 10 años" tomó Orfidal por recomendación del médico, afirma que consumió "dos o tres pastillas" pero que no le sentó "bien" y por eso dejó de tomarlo.
La madre ha afirmado que el resto de las pastillas las llevo al punto de recogida de la farmacia cuando caducaron, pero que "es posible que alguna pastilla quedase en la mesilla". Todo esto, siempre en el domicilio familiar y no en el piso de Santa Virgilia donde "no había ningún medicamento".
El piso de Santa Virgilia, conocido como piso de los horrores, fue reformado durante 2014 varias veces. Una para cambiar los techos, otra para los sanitarios, con intervención del seguro mediante. De esta forma, la defensa y la madre de Ortíz han querido hacer ver que por el domicilio pasaba mucha gente y que muchas personas tenían acceso.
Además, la madre ha declarado que en septiembre, pocos días antes de la detención de su hijo, "la llave del piso no funcionaba y la copia que tenía el portero tampoco". Afirma que llamaron al seguro y que el perito les dijo "que parecía que la puerta había sido forzada".
La declaración de la madre no ha sido la única del día. Una psicóloga que atendió a una de las víctimas ha afirmado que la niña "padecía pesadillas con el señor y que tenía miedo de que volviese a hacer daño a su familia o a otros niños".
También ha declarado el vigilante de seguridad que encontró a una de las víctimas en un descampado de Avenida de América. Ha declarado que encontró a la niña "muy nerviosa y deseando que alguien se hiciera cargo de ella".