La pasión de los Castro por Láncara
El pequeño concello lucense fue tierra natal del padre de Fidel y Raúl
Lugo
El exalcalde de Láncara, Eladio Capón, ha asegurado este lunes que los Castro, tanto Fidel como Raúl, sienten “pasión” por este pequeño concello de Lugo, de poco más de tres mil habitantes, donde nació su padre Ángel Castro.
Ambos hermanos visitaron la casa donde nació su padre, Fidel en el 92 y el actual presidente cubano en 2006, y en los dos casos no pudieron contener la emoción. Las buenas relaciones son reciprocas, de ahí al homenaje que se le hizo a Fidel por su muerte.
Capón, que visitó la isla en cuatro ocasiones, tres en vida de Fidel, siendo recibido en el Palacio de la Revolución por ambos dirigentes ya con Raúl en 2006, se ha sincerado y del comandante dice que se queda “con lo humano que era, por lo menos conmigo”.
“La relación mía fue de tres viajes a Cuba, me recibió en el Palacio de la Revolución en las tres ocasiones. Me voy a quedar con lo humano que era tratándolo directamente”, resalta.
Eladio Capón, ex alcalde de Láncara
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Fidel Castro se “emocionó” en su visita a Láncara, en el 92, cuando entró en la casa de su padre. A su vez no pudo contener las lágrimas cuando ese mismo año le visitó una delegación del concello para comunicarle que había sido designado hijo adoptivo y se le entregó “una bolsa de tierra de la huerta de la casa del padre”. “Ahí se emocionó bastante, cuando tocó la tierra. También se emocionaba cuando hablaba de las primas”, ha subrayado.
Al hermano lo conoció cuando “vino aquí” en 2006 y también le recibió en Cuba, en el Palacio de la Revolución, donde conoció al hijo de Raúl y a su yerno, y permaneció “tres cuartos de hora” en ese despacho.
En cuanto a esa “pasión” por Láncara, Capón ha deducido que “más o menos” tenían la misma. “Lo que pasa es que ante la presencia del hermano, del comandante, de la presencia del uno al otro había una diferencia. Raúl era la sombra de su hermano”, destaca.
Sin embargo intuye que “la ilusión por Láncara era la misma, porque cuando vino Raúl estuvo encantadísimo delante de la casa (del padre), y después comimos en una casa de turismo rural donde estuvimos entre tres y cuatro horas. Lo vi feliz”, ha sentenciado.
