Junts pel circ
La política es terreno abonado para el absurdo
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Palma de Mallorca
Saben ustedes que el absurdo es lo contrario a la lógica o a la razón. Siendo la política la ciencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades humanas, es normal que el absurdo tenga en ella terreno abonado. Nada de lo humano le es ajeno al absurdo.
Seguro que han visto ustedes a miles de palmesanos caminando absortos por la calle estos días, meditando sobre si su ciudad se llama Palma o Palma de Mallorca. La misma preocupación tendrán de aquí a tres años si el PP vuelve a gobernar. La ciudad fue fundada como Palma. Así se llama en el Estatut d'Autonomia. Pero los populares insisten en ponerle apellido porque ellos son más de marcas. Le acabarán poniendo Nueva York, a ver si así vienen más turistas todavía.
Xelo no se va. Xelo se queda. Ha descubierto que sí, que se le caen los anillos si deja la presidencia del Parlament, ahora que ha llegado el frío y se contrae hasta la piel del anular. Dice que lo suyo fue un caloret y que el algodón no engaña. Y a todo esto, Podemos quiere suprimir los barracones escolares bloqueando el presupuesto del Govern destinado a eliminarlos. Lo dicho, el caloret.
IB3 lleva 11 años buscando modelo. Desde que nació, vamos. Esto lo arreglamos nosotros, proclamó el Pacte. Y montó un consejo asesor para definir el ansiado modelo. Tras año y medio de gobierno y cuatro meses de consejo asesor, del sanedrín no ha salido ni una sola propuesta. De hecho, ni siquiera han llegado a reunirse todavía. Les falta uno, dicen. Ayer iban a nombrarlo en el Parlament, pero aplazaron la votación por falta de diputados.
Poc a poc. O como diria aquel, Junts pel circ.