Extraer lo mejor de cada alumno
El comentario de Ana Mellado

undefined
Palencia
El otro día leía un chiste en Facebook que decía: Señores Da Vinci, su hijo no tiene remedio, no se centra. Ahora pinta, ahora esculpe, o inventa máquinas voladoras… les paso con el psicólogo.
Esto, que sólo es una de tantas bromas que se leen en las redes sociales, tiene un fondo más que serio. Y lo he recordado en el momento en que por los medios nos hemos enterado de que aquel niño de Carrión de los Condes diagnosticado con TDA-H y con una inteligencia superior a la media, fue injustamente obligado a repetir curso según una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, que determina que el colegio no siguió el protocolo habilitado para casos especiales. Éste lo era, porque un niño superdotado, que es capaz de explicar lo que es el Bosón de Higgs, pero que al mismo tiempo suspende, necesita de una atención y apoyo especiales claramente.
Y que no se me malinterprete, no quiero decir con esto que el colegio no haya trabajado con el alumno en función de sus necesidades, no puedo hacer tal afirmación porque desconozco los detalles del caso, pero es evidente que algo ha fallado cuando un chaval con semejantes capacidades no pudo pasar de curso.
A menudo la sociedad piensa que un niño que no se centra en clase, que muestra intereses distintos a los habituales en su edad, que se distrae constantemente o no avanza al mismo ritmo que el resto en algunos ámbitos, necesariamente tiene que ser torpe, vago, revoltoso o distraído. Conjeturas que se suelen hacer mucho antes de analizar los motivos por los que actúan de esa determinada manera. Por suerte los profesores cada vez están mejor formados y tienen mayor sensibilidad. Y saben que tienen que trabajar para canalizar y dirigir todo el potencial de estos alumnos, que de otra forma estarían condenados al fracaso escolar irremediablemente.
Además me consta que muchos colegios cuentan con fantásticos equipos de orientación y especialistas que ponen todo su interés y buen hacer para ayudar a niños con dificultades de aprendizaje, comportamiento o de cualquier tipo.
Por otro lado también existe una tendencia creciente al sobre-diagnóstico, en opinión de algunos profesionales. Cada vez son más los partidarios de trabajar en los colegios con estrategias novedosas y desde distintas ópticas ante los problemas que puedan surgir, antes de precipitarse a poner etiquetas que marcan a los pequeños para toda su vida escolar.
Por eso, en esto también necesitamos que el sistema educativo sea una máquina bien engrasada, que el estado permita dotar a los centros de personal suficiente y de todas las herramientas necesarias para ayudar a quienes lo necesitan.
Así pues hablamos de situaciones muchas veces complejas, delicadas, que requieren de un enorme tacto y un minucioso trabajo personalizado para conseguir extraer lo mejor de cada alumno y ayudarles en su largo camino como estudiantes. Difícil tarea la de nuestros docentes. A todos aquellos que cada día se esfuerzan por alcanzar estos objetivos (y sé que son muchos) gracias por vuestra entrega.

Ana Mellado
Desde 2001 en Radio Palencia, en una primera etapa como locutora en las emisoras musicales, Los40 y...




