Regalo adelantado
Una pifia de Cuéllar sirve en bandeja al Espanyol una victoria exagerada, que devuelve al Sporting al mal camino
Los regalos navideños llegaron a Barcelona con casi un mes de adelanto. Esta vez no los portaron ni los Reyes Magos ni Papá Noel; los llevó el Sporting. Uno de ellos le hizo especial ilusión al Espanyol: la pifia de Cuéllar que derivó en el 1-0. No fue la única del portero en una de sus peores tardes, pero en la segunda tuvo la suerte de que su incomprensible despeje hacia el centro golpeara en las manos de Caicedo antes de entrar. La cuestión es que el Sporting desaprovechó la oportunidad de salir del descenso y de empezar a remontar el vuelo verdaderamente. Y los números siguen siendo terroríficos: de los últimos doce partidos (sin contar la Copa) el equipo gijonés ha ganado uno, contra el colista en casa.
- FICHA TÉCNICA
Puede resultar chocante decir que un partido que acabó con tres goles tenía pinta de 0-0. Pero es que así era. El Sporting mereció un empate en Barcelona. Y probablemente eso hubiera sucedido de no haberse pegado un tiro en su propio pie. En la guerra, uno puede estar preparado para los ataques del enemigo, pero no para el fuego amigo.
La primera parte fue equilibrada, tanto en aciertos como en pifias. Los primeros minutos apuntaron que el partido podía tener un ritmo frenético. De un regalo del Espanyol llegó la primera ocasión para el Sporting, que acabó con un disparo de Douglas desde la frontal. Respondió en la siguiente jugada el equipo local, con un tiro de Gerard Moreno, que le pegó desviado desde la frontal. Luego el ritmo bajó y se pasó a un duelo táctico, con un Sporting ordenado y bastante cómodo defensivamente, pero con enormes problemas para salir y elaborar juego.
El encuentro fue un recital de regalos, pérdidas absurdas de balón y fallos en los pases. Empecinado como está Abelardo en pensar que sin Nacho Cases en el campo el Sporting puede tener fútbol, la apuesta por Sergio Álvarez y Rachid propició enormes problemas para atacar, para generar un pase entre líneas o un desplazamiento largo de balón. Casi siempre que recibían, los mediocentros jugaban atrás o, en el mejor de los casos, en horizontal, con una profundidad nula.
Aun así, el Sporting tuvo un par de ocasiones en la primera parte. Diego López tuvo que volar para despejar un buen tiro de Cop desde fuera del área y en un contrataque Sergio dudó a quién pasar después de robar el balón y el elegido, Carmona, también se entretuvo a la hora de chutar. Hubo equilibrio en esta faceta, porque el Espanyol también tuvo dos ocasiones antes del descanso: un disparo duro de Gerard Moreno desde la media luna del área grande y otro disparo lejano de Javi Fuego, que atrapó en dos tiempos Cuéllar.
El portero, protagonista
La segunda parte tuvo nombre propio: Iván Cuéllar. Primero para bien, porque metió una buena mano a un disparo de Javi Fuego. Pero el extremeño lo estropería todo en el minuto 53, cuando protagonizó la acción que marcó el partido. Rachid hizo una falta evitable, el Espanyol la colgó al área y Cuéllar dudó en la salida de puños. Y cuando un portero hace eso, está vendido. Caicedo entró solo (el fallo de marcaje de Douglas también fue escandaloso) y la cabeza del delantero se anticipó a los guantes del guardameta. El Espanyol, casi sin buscarlo, se encontró con ventaja en el marcador.
Hubo otro fallo igual de grave del portero, aunque afortunadamente para él y para el Sporting no tuvo consecuencias. Meré cedió el balón atrás y Cuéllar, teniendo todo el campo para despejarlo, lo estrelló en el cuerpo del único jugador espanyolista que tenía alrededor, Felipe Caicedo. Tanto le sorprendió al ecuatoriano que instintivamente se protegió con los brazos y esa reacción salvó a Cuéllar, pues el gol fue anulado. En todo caso, el debate sobre la portería será recurrente esta semana en Gijón.
Después de 35 minutos de la segunda parte sin haber tirado a puerta, el gol espoleó al Sporting, que dio un paso adelante. Le sirvió para tener una uena ocasión, con un un centro de Douglas que Isma no acertó a rematar entre los tres palos. Pero también propició que, volcado al ataque, permitiera un contrataque en el minuto 89 que Baptistao resolvió ganándole la partida a Meré, superando la segada de Douglas y batiendo a Cuéllar.
El buen tanto de Cop de falta en el descuento solo sirvió para maquillar el marcador y para que la rabia sea aún mayor, pensando en lo cerca que estuvo sumar un punto que seguramente mereció el Sporting en Barcelona, pero que él mismo regaló.
David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...