Cecilia, su bebé y el colapso de las UCIP
"Para ingresar a mi niña, como no había sitio, tuvieron que despertar a unos padres a las tres de la madrugada para avisarles de que iban a sacar a su hija de la Unidad de Cuidados Intensivos y llevarla a planta"
Es uno de los ejemplos de las consecuencias del colapso de estas unidades, denunciado un año tras otro por los profesionales sin que la Consejería ponga en marcha un plan de contingencia (con más camas) en época de bronquiolitis.
La niña de Cecilia Romero tiene 15 meses. El lunes del puente la derivaron del Hospital de Villalba a La Paz. La ingresaron en planta con bronquiolitis y a las tres de la madrugada empeoró y tuvieron que hacer hueco en la UCI para ella. Ya desde casa, con su niña casi repuesta del todo, Cecilia ha querido escribir la crónica que reproducimos a continuación.
EL ATASCO NO ESTABA EN GRAN VÍA, ESTABA EN LAS UCIPs
Comienza diciembre, último mes del año, antesala de las navidades y de compras per se y el ayuntamiento de Madrid decide peatonalizar Gran Vía, y como no, se desata la polémica, entretenimiento para muchos de nuestros políticos como Esperanza Aguirre haciéndose fotos en mitad de la Gran Vía.
Mientras tanto, como años anteriores, nuestros hijos comienzan como cada otoño-invierno con bronquiolitis. Esa temida epidemia para padres y profesionales sanitarios, los primeros porque empiezan noches sin dormir e intentando conciliar nuestros horarios imposibles laborales con ver quien se puede quedar en casa con el peque, y los segundos, porque con la falta de personal y de medios se ven aún más saturados y desbordados.
Esta historia empieza en el hospital de Villalba, uno de esos hospitales donde a nuestros políticos les encanta hacerse fotos y lucir con orgullo con el pretexto de solventar la necesidad asistencial de la sierra madrileña. Acudimos la noche del 5 de diciembre con nuestra pequeña en plena insuficiencia respiratoria debida a esa maldita bronquiolitis. Después de realizar los primeros cuidados y conectarla a unas gafas nasales a alto flujo, nos comunican los propios trabajadores, que sus recursos son limitados puesto que las habitaciones de pediatría no disponen de tomas de vacío y que debemos de estar 24 horas en un box de urgencias (porque sólo hay dichas tomas en urgencias y neonatos) y si la niña necesita durante más tiempo este tratamiento o se complica, hay que tramitar un traslado. En ese momento pensé como madre y como profesional, que lo que ahora parece estable en cuestión de minutos se puede desestabilizar, y que si un hospital no está equipado, sus mismos trabajadores me están diciendo eso, no merece la pena prolongar una estancia en un box, por lo que pedí traslado inmediato al hospital La Paz.
Cuando llegué a La Paz, aparte de ver con mis propios ojos el colapso que hay en urgencias, oí decir la expresión de que ya están más que acostumbrados a los traslados de pediatría desde Villalba. Ingresamos. La niña fue empeorando y de madrugada necesitó ingreso en UCIP (Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos) A mi agobio y ansiedad de ver como mi hija respiraba cada vez peor, se unía la de los profesionales de ver como de madrugada tenían la UCIP colapsada y necesitaban una cama, pero es que no sólo la suya, las de todo Madrid estaban igual.
Durante dos días pude compartir opiniones con los profesionales y con los padres en esa sala de espera de la UCIP, que más que de espera es de desespera, y no por los profesionales, que al contrario, es impresionante el trabajo que hacen con los escasos medios tanto humanos como materiales y bajo las presiones de las épocas estacionales, que año tras año siguen sin solucionarse. Los padres no entendían, no podían comprender, como un hospital como La Paz tenga esta situación, no podían comprender como una comunidad como Madrid tenga todas las UCIP colapsadas por un problema de salud, como la bronquiolitis, se produce todos los años, no entendían la falta de personal, el vamos hacer las UCIs de puertas abiertas sin habituar los espacios,…..no entendían nada. Pero ya entendían menos cuando desde la consejería se dijo que la culpa de este caos es del puente y de que se ingresan en UCIP bronquiolitis sólo por vigilancia. De los niños con bronquiolitis ingresados la única que no estaba intubada era la mía….creo que no hace falta que diga cómo se sentían los padres ante tales declaraciones.
Por suerte la mejoría fue notable y salimos a planta, dónde vivimos nuevamente la carencia de medios, como el tener que compartir pulsioxímetro o dormir en sillones poco destinados a ello.
Por suerte todo esto ha acabado, pero por desgracia sé que hay padres pasando por ello. Me acuerdo de esos padres con los que compartía esperas en la sala de espera que se hacían eternas y todo ello se mezclan con las declaraciones de los gestores, imágenes de hospitales nuevos y de fotos de incubadoras dando vueltas por Madrid.
Se hizo un plan de humanización, desde los profesionales se hace, lo he visto, lo he vivido, estaré eternamente agradecida al equipo de pediatría desde urgencias, UCIP y planta del Hospital La Paz. Pero también se pide humanización desde la gestión, no puede ser que una comunidad como la nuestra estemos así, no se puede tolerar que mientras tú hijo/a esté saturando por debajo de 90% y con dificultad, desde la consejería se diga que todo este caos se deba al puente, la bronquiolitis es más antigua que el puente de la Constitución que se firmó en 1978; no se puede entender cómo se han abierto tantos hospitales sin medios suficientes y sin solventar esas necesidades para las que se suponía que estaban destinados, y no lo digo yo,lo dicen los mismos profesionales, los compañeros del SUMMA que me trasladaron desde Villalba a La Paz me contaban que todos los días trasladaban niños desde los hospitales de la periferia a Madrid.
Ya no pido disculpas y rectificación de las declaraciones de la consejería como profesional, las pido como madre, y como tantos padres que nos hemos visto envueltos en esta situación. Rectificar es de sabios y asumir errores en la planificación de buenos gestores, ojalá esto no vuelva a ocurrir.
Cecilia Romero