Que el amor deje de justificar la sangre…
Alba María Embid, de 26 años, se lleva el primer premio en el II Concurso de Microrrelatos contra la Violencia Machista. Se han presentado 216 relatos entre las 100 y las 300 palabras. En total, se han seleccionado 40 trabajos
Zaragoza
Mujeres que son otoño y se convierten en primavera. Mujeres que miran las Perseidas y piden que los muebles se caigan por torpeza y no por empujones. Mujeres que ya no están y se convierten en ángeles. El Instituto de la Juventud de Aragón ha entregado este jueves los galardones del II Concurso de Microrrelatos contra la violencia machista.
Alba María Embid, de 26 años, trabajadora en una empresa de marketing en internet, se ha llevado el primer premio del certamen con las cuatro estaciones. Primavera: enamoramiento. Verano: sospechas. Otoño: infierno. Invierno: coraje y soledad. Primavera: renacer. Ese bendito renacer.
"Prefiero el invierno al fuego del verano"
Por desgracia, Alba ha tenido una fuente de inspiración cercana: una amiga. “He seguido su relación un poco de cerca y me ha servido un poco para inspirarme”, explica a los micrófonos de la Ser.
“Mama se acerca, me sonríe, besa mi mejilla y coge mi mano. Todo ha terminado, he perdido a mis amigos y he olvidado mi carrera, pero prefiero el frío del invierno al fuego del verano”. Porque el fuego te consume, pero el frío te conserva, concluye Alba.
"Que los muebles caigan por torpeza y no por empujones"
Al concurso se han presentado 216 relatos. Cuarenta han sido seleccionados, uno ha ganado y dos han recibido accésit. Jara Monter y Dechen Campo se han llevado esos dos últimos reconocimientos. La primera, Jara, con una historia de perseidas, miedo y deseos inalcanzables.
Mira las estrellas fugaces e, internamente, pide que los muebles se caigan por torpeza y no por rabia y empujones, pide que los vecinos entren a casa a pasar el rato y no a llamar a la ambulancia, y pide que el amor deje de justificar su sangre. "Que nos queramos más”, contesta, abatida.
"Porque eso no era vida"
Jara es de Monzón, tiene 16 años, estudia primer curso del Bachillerato de Ciencias, y no puede más con los asesinatos machistas. En los relatos hay puntos finales manchados de sangre, mujeres aniquiladas ya por dentro, y mujeres que, afortunadamente, nacen de nuevo más libres que nunca, más felices que nunca, más bellas que nunca. Como la de María Correras, de 17 años.
Se despertó de su pesadilla, lucha por que no haya ninguna más. Para que que el ansiado invierno también les llegue a ellas.