En 1950 la Caja de Ahorros Municipal de Vitoria (en adelante CAMV), cumplía el centenario de su fundación. Esta efeméride fue el motivo de que se desarrollara un amplio programa de eventos conmemorativos. Dado que el papa Pío XII había decretado aquel 1950 como Año Santo, la CAMV decidió emplazar una cruz en la cima del monte Zaldiaran. La Sociedad Excursionista Manuel Iradier (en adelante SEMI), fue quien realmente asumió toda la responsabilidad para su construcción y colocación. Sobre el lugar elegido para ser levantada, el arquitecto Emilio de Apraiz escribió entonces lo siguiente: “Del famoso castillo de Zaldiaran apenas quedan sus cimientos, cuya extensión, aún comprobable, revela la importancia militar que tuvo en su época. Pues bien; sobre estos bélicos cimientos han querido la CAMV y la SEMI, erigir un símbolo de paz: una cruz monumental que abriendo sus brazos a Álava y a Treviño – hoy anexionado a nuestra diócesis – sea un permanente recuerdo de lo que espiritualmente significa.” Como bien saben ustedes Trebiño es un enclave dentro de Álava, que administrativamente pertenece a Burgos, pero que en el aspecto religioso depende de la Diócesis de Vitoria. Quizás el colocar en ese punto la cruz – en la muga entre Vitoria y Trebiño – pudo esconder la reivindicación histórica que hoy continua y que se expresa con la frase “Trebiño Araba da” (Treviño es Álava). LA OBRA El 25 de octubre de 1950 el Ayuntamiento de Vitoria concedió la oportuna licencia, para que se levantara la cruz. Dirigió el proyecto y ejecución el ingeniero Ignacio Murua y participaron en la obra miembros de la SEMI, encabezados por Juan Salazar. En ese mismo año – 1950 – Radio Vitoria traslado su sede a los nuevos estudios - ya desaparecidos - de la calle Olaguibel, y quedó así inservible la antigua antena de la emisora. La estructura se aprovechó para la construcción de la cruz, por lo que la mayor parte su estructura está erigida con armadura de la citada antena. Hubo que partir la antena en varios trozos, que se transportaron desde el Puerto de Zaldiaran hasta la cumbre en un carro tirado por mulos, por un tortuoso camino. Para soportar la estructura, se dispuso una zapata de cimentación de hormigón armado de 2 x 2 x 3,50 metros, con un peso de 35 toneladas, cuyo alojamiento fue excavado con pico y pala. El cemento necesario y otros utensilios y materiales fueron transportados en sacos cargados sobre alforjas a lomos de mulos. El 6 de noviembre – seis días antes de la inauguración - ya se había colocado la parte vertical de la cruz, mediante el ensamblado de los trozos que habían sido seccionados. Se fijaron mediante soldadura de arco. En aquel momento faltaba empalmar el par de brazos. Los datos de la cruz son los siguientes: altura total 16, 25 m., envergadura de brazos 8,55 m. y peso aproximado 2.100 kg. En cuanto a su resistencia, se indicaba en la memoria del `proyecto, que “cubierta de nieve soportará la presión de un huracán de 200 km. / metro cuadrado.” INAUGURACIÓN Como era costumbre entonces, una vez de finalizada la obra se colocó un ramo de flores en la cúspide de la cruz, y así quedó lista para su inauguración. El día 12 de noviembre de 1950 tuvo lugar el acto. A las 10 y media de la mañana desde la sede de la CAMV en la calle Olaguibel, la mayor parte de los asistentes fueron recogidos y trasladados hasta el puerto de Zaldiaran en autobuses. Eran vehículos de dos pisos a los que había que acceder a la parte superior a través de una escalerilla situada en la parte de atrás del bus. Otros montañeros se trasladaron desde la ciudad a pie, en bicicleta o en coche. Desde el puerto hasta el pico de Zaldiaran los expedicionarios hicieron el recorrido a pie por una pronunciada pendiente. Al Obispo de la Diócesis de Vitoria Bueno Monreal - natural de Zaragoza – le preguntaron sobre si tendría alguna dificultad en el ascenso; respondió que no tendría ningún problema ya que en Jaca acostumbraba a ascender a los Pirineos. Al comienzo de la marcha iba en cabeza del pelotón, pero el peso de su voluminoso cuerpo hizo que fuera rezagándose paulatinamente, y finalizó la marcha a la cola de la fila india formada en la ascensión. Muchos de los asistentes consideraban el acto de inauguración de “alto copete” y en vez de ir equipados con ropa apropiada para una marcha montañera, iban vestidos elegantemente con gabardinas y abrigos último modelo e incluso algunos de ellos llevaban la correspondiente corbata, como si asistieran a una boda. Para las doce del mediodía, algo más de dos centenares de personas se congregaban alrededor de la cruz para asistir a la inauguración. Entre ellos, numerosos montañeros venidos de los territorios vascos hermanos que acompañaban a los alaveses, que eran mayoría. Tal como mandaban los cánones, el acto comenzó con la bendición de la cruz por parte del Obispo Bueno Monreal, y a continuación la bella y sonriente señorita Maitane Larrañaga actuó como madrina en la inauguración del buzón alpino, que reproducía en una maqueta metálica el castillo de Gebara. La joven iba vestida con un “kaiku” - tradicional prenda vasca - y una txapela de color verde o rojo. Maitane fue la esposa de Gerardo López de Guereñu Yoldi, prestigioso etnógrafo y fotógrafo, que dedicó una parte importante de su vida a las mismas actividades que su padre Gerardo López de Guereñu Galarraga, quien le inculcó el gusto por estudio de las costumbres, tradiciones e historia de nuestro territorio. Refiriéndonos de nuevo a la inauguración, diremos que varias de las personalidades asistentes - la mayoría relacionadas con la montaña - dirigieron unas palabras a los allí presentes. Entre ellos el Presidente de la Excursionista, José María Díaz de Mendivil; el director de la Caja,Vicente Botella; el presidente de la Federación Vasco-Navarra de Montaña, Angel Sopeña Orueta; el presidente de la Federación Española, Julián Delgado Úbeda, y el montañero Jesús Quintanal Ruiz de Mendarozqueta, originario de Álava, que representaba a la Sociedad de Montaña Asturiana “Vetusta.” Sorprende que no asistiera ningún político del Régimen, que entonces se apuntaba a todos los eventos. Como colofón del acto y antes de regresar a Gasteiz, varias de las chicas participantes en la inauguración se animaron espontáneamente a bailar algunas piezas musicales vascas, interpretadas por la banda de txistularis de la Diputación Foral. El arquitecto Luis Ángel de Apraiz, ha identificado para nosotros en la imagen que va a continuación a algunos gasteiztarras que asistieron a ese acto y que son: Gerardo López de Guereñu Yoldi y Maitane Larañaga -a quienes ya nos hemos referido- el arquitecto y entonces vicepresidente de la SEMI Emilio de Apraiz Buesa, Julio Irazusta, el archivero municipal Ignacio María Sagarna, Luis Antonio Torquemada -que con el tiempo ejercería su trabajo en la Diputación Foral- José María Ibarrondo y el profesor de dibujo de la Escuela de Artes Pedro Galdós, entonces tesorero de la SEMI. Lamentablemente en su día se decidió colocar en ese pico de Zaldiaran el centro reemisor de señal de radio y televisión que da servicio a nuestra ciudad, por lo que ahora la cruz se encuentra prácticamente tapada por antenas de respetables dimensiones. ¡Podían haber elegido otra cima para colocarlas!, El día de año nuevo es costumbre realizar una visita a esta cruz, en la que con una placa al pie de la misma se recuerda a los iniciadores de esa tradición: Juan Salazar, Gerardo López de Guereñu y Jesús Álava. La Fundación Sancho El Sabio conserva una excelente colección de fotos sobre la construcción e inauguración de la cruz, varias de las cuales se muestran en este artículo. Al objeto de tener una visión más completa del acontecimiento, con la mayor parte de la serie y con las facilitadas por el Archivo del Territorio Histórico de Álava, hemos montado un vídeo que va a continuación.