SD Zamudio y Barakaldo, protagonistas
Gaizka Larrazabal: “No tengo nada que ver con mi padre, me gusta más atacar”; Maxi Amondarain: “Godín es mi referente”
Bilbao
De jugar en Primera de Uruguay en el Atlético Progreso, pasar por el Cardiff galés y Elche ilicitano a recalar hace apenas dos meses en el Barakaldo, otorga experiencia al central Maxi Amondarain, que junto al joven Gaizka Larrazabal, hijo del mítico ex león, que lucha por labrarse un camino en el Zamudio de Segunda B, se pasaron por Radio Bilbao.
“Ahora más tranquilos, más relajados después de haber conseguido una victoria (ante el Rayo Majadahonda)”, señala el central del Barakaldo, de 23 años, que justifica la racha de ocho partidos sin ganar a las diversas lesiones, o a “rebotes en algún gol en contra, que en buena dinámica hubiera ido fuera”. Reconoce, antes de marchar unos días de vacaciones a Montevideo, haber atravesado “por un mal momento, pero esperemos s partir de esta victoria hacer una buena segunda vuelta”.
De ascendencia vasca, de abuelo de Lesaka (origen de su primer apellido) y abuela de Zalla, que marcharon en la Guerra Civil al otro lado del charco, cuya casa ya ha visitado aprovechando su estancia en el Barakaldo, Amondarain está encantado en el seno del equipo fabril: “He vuelto a mis orígenes, es una experiencia bonita”, sonríe.
Jugó en el Atlético Progreso, recién ascendido a Primera, con sólo 19 años, actuando ante la presión de campos con más de 25.000 personas: “Jugué todo el campeonato”, subraya orgulloso y en la selección Sub-20 charrúa, subcampeón del mundo, por lo que “sientes la responsabilidad, aunque soy tranquilo”. Un combinado de lujo con el colchonero José María Jiménez, Cristoforo, que estuvo en el Sevilla, Diego Laxalt en el Genoa.
“Encontré un Barakaldo muy intenso, que entrena a tope, no estaba acostumbrado, con un grupo muy parejo en los puntos, con muy poca diferencia”, describe el espigado zaguero. David Movilla le confesó que buscaba “un central de mis características que podía sumar y por eso quería contar conmigo”, desliza este amante del fútbol expeditivo de Godín, un “referente para mí por todo lo que implica”.
Gaizka Larrazabal ha dado un salto estratosférico en apenas dos años desde la Ikastola Lauro, al Juvenil del Honor del Danok y ahora en Segunda B, con sólo 19 años. No es lateral izquierdo como su padre en el Athletic, sino extremo derecho o izquierdo en ocasiones. Lamenta la situación del Zamudio: “No estamos contentos, deseando que llegue el siguiente partido y ganar”. Afirma que “no tengo nada que ver con aita”, le gusta más “atacar y meter goles”. De hecho, anotó uno sorteando contrarios: “Fue increíble, mi primer gol en Segunda B y contento porque fue de los destacados de la jornada”.
13 puntos lastra al equipo de Gorka Rueda, consciente que “desde el principio sabíamos que sería un año difícil, pero creo que es posible, sólo nos falta dar el golpe fuera de casa”, comenta Gaizka. Tanta gente joven en el once les ha podido penalizar dadas las circunstancias: “Jugamos con gente muy joven ya que se han lesionado veteranos”, remarca. Una semana de asueto para el lunes que viene para “volver a la dinámica y esperare con ganas al Alba en casa”. El joven Larra espera marcarse metas ambiciosas: “Llegar a lo máximo que es Primera División y en España mejor, intentar mejorar cada año”. Se considera rápido y potente y por ello le gusta “Cristiano Ronaldo, y jugadores de ese estilo”.