Dejad que los juguetes sean juguetes
En los últimos 7 años, Emakunde solo ha registrado 4 quejas referentes a catálogos por anunciar juguetes sexistas
Bilbao
Las ventas de juguetes se disparan durante los meses de diciembre y enero y la empresa juguetera se sirve de vistosos catálogos, muchos de los cuales continúan categorizando los artículos con colores en tonos rosas y lilas para ellas, azules para ellos. En los últimos siete años, desde 2009, de las 76 quejas recibidas por Emakunde relacionadas con la publicidad, solo 4 se referían a esos catálogos y 3 a cuentos sexistas. Es decir, son muy escasas las quejas relativas al sexismo en los juegos y juguetes infantiles.
A vivir Euskadi (24/12/2016)
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En A vivir que son dos días Euskadi, Rosario Morejón, profesora de psicología de la mujer de la Universidad de Deusto, ha afirmado que hay empresas que empiezan a sacar catálogos alternativos con participantes mixtos en los juegos. "Hoy lo que establece esa división sexista es la fuerza de los colores. Hemos sustituido el ama de casa por la tiranía de la imagen. Se vende mucho la puesta a punto, el maquilaje...", apunta. Según sostiene, "lo que hay detrás de ese comportamiento es el temor a que no haya una identidad sexual ordinaria. Y eso no ocurre jamás con los juegos, porque la definición de la identidad sexual es diferente a la identidad de género. Tiene que ver con su carga genética", detalla.
Para Pablo Vidal, profesional publicitario y vocal permennte de la Comisión Begira para un uso no sexista de la comunicación adscrita al Gobierno Vasco, "el sector juguetero perpetúa estereotipos y arquetipos que no ayudan a entender lo que es la igualdad". El juguete es un instrumento educativo que interviene en su desarrollo coginitivo y social y "los publicistas no debemos mediatizarlos, no hemos tomado conciencia sobre el tema", sostiene Vidal. Considera que los publicistas están haciendo esas acciones publicitarias porque el sector está generando un producto totalmetne segregado. Habla de mujeres triunfadoras pero en los cánones más arcáicos como la belleza, la estética o la atracción del hombre. "La familia tiene que saber actuar", dice. "Los intereses de los grandes grupos son económicos. Juguetes para niños y juguetes para niñas, me van a comprar el doble", explica.
Para Rosario Morejón, se debe ayudar a las familias a analizar los catálogos y los anuncios, porque los centros educativos, sostiene, ya lo están haciendo. Algo que comparte Pablo, que cree que los padres y madres deben tener una actitud.
Txema González, secretario de la Federación gipuzkoana de colegios concertados, deberían ser un trabajo conjunto de familias, centros educativos y sociedad. "Si a los 3, 4 y 5 años en los centros no hacen ninguna diferenciación en los tipos de juguetes, los niños no verían diferencias. Esto mismo si se aplica en las familias, ayudaría", explica. A lo que Rosario Morejón añade que "el juguete es un mero soporte. Lo primero que ha de ver el niño es lo que hace su padre, tío o abuelo en us hogar, eso lo reproducirá después el niño. Lo principal es el modelo de vida que tenga su familia", afirma.