Mis recuerdos de la navidad en celeste
Estando en las épocas que estamos, quiero recordar como vivíamos desde dentro del Breo la Navidad
Lugo
Para esta semana tenía dudas sobre qué escribir. Tenía varios temas que compartir con vosotros, pero estando en la época que estamos, se me ocurrió hablar sobre eso, sobre la Navidad, y como yo viví estas fechas durante los últimos años.
Las navidades suelen ser, para casi todo el mundo, un tiempo de familia, amigos y fiesta en general con el que disfrutar juntos de unas fechas tan especiales para grandes y pequeños. No es así para la mayoría de profesionales del deporte. Desconozco los días de vacaciones y descanso que se producen en otras categorías e incluso en otros deportes, pero si sé los que tuvimos durante todos éstos años en el Breogán.
No voy hablar demasiado de cuando yo no era entrenador jefe. Prefiero hablar de cuando sí lo fui y era el que tomaba las decisiones respecto a los días de trabajo y de descanso.
Hace años las cosas eran un poco diferentes: había más días de descanso e incluso cuando se fichaba a los jugadores foráneos, se les dejaba ir a casa, normalmente los Estados Unidos, para pasar unos días en familia, viajes que normalmente ya venían recogidos en sus contratos. Siempre recordaré los clásicos retrasos navideños de los jugadores a la vuelta al trabajo, principalmente por problemas en sus vuelos y los posteriores enfados de los entrenadores.
Hay entrenadores que prefieren dar más o menos de vacaciones en función de lo que ellos piensen que es mejor para el equipo, pero como dije antes, sólo voy hablar de cómo fueron las cosas mientras yo dirigí al equipo.
Las vacaciones navideñas ya venían marcadas desde el principio de temporada cuando puedes escoger algo del calendario de competición que vas a tener. Siempre fui de la idea de que era bueno tener más partidos en casa en la segunda vuelta y a ser posible, jugar el último partido de la temporada regular en casa.
Lamentablemente al escoger esa opción, el calendario fue caprichoso y siempre nos tocó una agenda navideña complicada, dos partidos seguidos fuera de casa y casi siempre en ciudades muy lejanas.
Siempre intentaba explicarles a los capitanes los motivos por los que trabajamos en estas fechas
Normalmente dábamos unos pocos días (tres o cuatro) que coincidían con Nochebuena. Los jugadores nacionales tenían suerte y se solían desplazar a pasar esos días con sus familias, pero los extranjeros no podían. El calendario ya no era el de años anteriores y ni las fechas ni la economía permitían que éstos se pudieran marchar a sus casas. Recuerdo que normalmente se juntaban y celebraban la Nochebuena juntos.
La Nochevieja era otra cosa diferente, nunca pude dar libre durante esas fechas debido al calendario. Cuando planificaba el trabajo y tenía claro las sesiones de trabajo y descanso de esas fechas, siempre me reunía con los capitanes y les intentaba explicar que éramos profesionales y que el equipo tenía que estar por encima de todo, con lo cual, siempre entrenamos el día 31 de Diciembre y el 1 de Enero. Tuve suerte y siempre lo entendieron y salvo alguna excepción el resto de jugadores también.
La Nochevieja era distinta, ése día todo el equipo sí estaba en la ciudad y normalmente lo celebraban juntos, cosa que me parecía fantástica, ya que en mi opinión, eso ayudaba a fortalecer lazos en el equipo. Recuerdo incluso que en una ocasión la cena se realizó en el vestuario del Pazo.
Un año con el equipo de eba estuvimos atrapados día y medio en una área de servicio por la nieve
El día 1 de enero, ese día que todos recordamos por estar en casa descansando de los excesos de la noche anterior, para nosotros era totalmente diferente. Algunas discusiones tuve con éste tema en el club, pero siempre fui de la idea de que compitiendo el día 2, el 3 ó el 4 y fuera de casa, el equipo ese día tenía que trabajar. Siempre intentamos retrasar la hora de entrenamiento lo máximo posible porque era consciente de que algún jugador saldría de fiesta, pero he de decir, que nunca tuve ningún problema con ningún jugador sobre su comportamiento y esfuerzo.
Si para los jugadores son duras esas fechas lejos de su casa, para los técnicos no lo era menos. En mi caso tenía la suerte de poder cenar con mi familia los dos días importantes, pero también es cierto, que el resto de horas eran de un incesante trabajo de preparación de partido debido al tan apretado calendario navideño que teníamos.
La nieve y el baloncesto
La climatología era otro tema a tener en cuenta. Como dije antes, siempre nos tocó viajar en estas fechas y casi siempre a ciudades muy lejanas y en mas de una ocasión tuvimos problemas para desplazarnos en el bus debido al mal tiempo, incluso en una ocasión, entrenando al equipo EBA, tuvimos que pasar toda la noche y parte de la mañana en un área de servicio atrapados por la nieve.
Otra fecha que también era especial y que normalmente nos perdíamos era la noche de reyes. Los que éramos padres no tuvimos la suerte de poder ver la cara de nuestros hijos al abrir los regalos y por conversaciones que tuve con algunos de esos jugadores, siempre tuve claro, que era el día más duro para estar fuera de casa.
Éstas navidades serán especiales para mí, por desgracia no podré estar a pie de pista haciendo lo que más me gusta pero por el contario y después de muchísimos años, podré disfrutar de unas navidades en familia que serán especiales para mí.
Lisardo Gómez comenta cómo son las navidades celestes
06:50
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¡Feliz Navidad para todos y en especial para los breoganistas!