Navidades de libro
Leer y regalar libros son dos actividades gratificantes. En Navidad y fuera de ella
Salamanca
Gracias al esfuerzo de autores y editores, Salamanca tiene su protagonismo literario. Es el caso de “Falcó”. La nueva novela de Arturo Pérez-Reverte, protagonizada por un espía, cuyas primeras peripecias tienen lugar en la Salamanca de 1936, recién comenzada la Guerra Civil, y con el Cuartel General de Franco en la ciudad. Falcó tendrá nuevas secuelas y el arranque “salmantino” de la novela es cinematográfico.
Luis García Jambrina es un experto en ambientar en Salamanca sus textos. Este profesor universitario conoce bien la ciudad y su historia y juega con ellas para confeccionar novelas que no decepcionan al lector. Es el caso de “La corte de los engaños”, que sitúa en medio de una trama histórica a Beatriz Galindo, La Latina. Una novela conspirativa que recorre un momento crucial de España, la de la toma de Granada y el descubrimiento de América. Un intento de asesinato quizá hubiese reescrito esta historia.
Siempre satisface leer poesía. Cuando, además, tenemos entre nosotros a uno de los grandes, mucho más. Antonio Colinas atesora muchos premios y reconocimientos, como el recién recibido “Reina Sofía” de Poesía Iberoamericana, así que nada mejor que conocer sus fuentes de inspiración en estas “Memorias del estanque”, en las que relata momentos cruciales de su vida, sus lecturas y figuras conocidas, todo ello sin perder una pizca de su extraordinario talento para el verso.
Otra de nuestras plumas líricas es Charo Ruano, que acaba de publicar un poemario breve pero intenso en el que reflexiona sobre la enfermedad y los temores que genera. “El temblor”, como ha titulado su poemario, empatiza con el lector, que va a sentirse representado en algunos de los momentos que relata. El resultado es un intercambio de sentimientos entre la autora y el lector, que hacen de esta obra una pequeña gran joya.
Arturo Cruz, nos ha puesto en valor la figura de uno de nuestros descubridores más desconocidos. Vázquez Coronado. Para ello ha echado mano de la novela histórica como género y de la invención de un escocés que viajó con Francisco Vázquez al interior de lo que es actualmente Estados Unidos buscando “Cíbola”, la ciudad soñada. “Capan Achochi” es una novela que reúne historia y aventura. Densa pero entretenida.
Más de viajes. “Mañana dejaremos Zarzura” es una obra coral y viajera. Gonzalo Enamorado y Jorge Moreta convencieron a un grupo de viajeros para que plasmaran alguno de sus viajes en esta crónica de crónicas. Hablamos de Paco Nadal, Miquel Silvestre, Laura Lazzarino, Pablo Strubell, Marc Morte entre otros. No son descripciones al uso de las guías (¡no es una guía!) sino relatos espirituales en los que son más importantes las emociones que suscita el viaje que el destino en sí.
Una de las personas que mejor conocen la Catedral de Salamanca es Mariano Casas, el director de su Archivo, así que un libro escrito por él y titulado “Catedral de Salamanca, corazón de una ciudad universal”, tiene de entrada garantizados los elogios. Es un libro-recuerdo, con destacada presencia de la imagen y una maquetación novedosa, sin olvidar la cronología catedralicia y su diálogo con una ciudad llena de monumentos. Es un regalo espléndido, pero es también un prisma que nos permite ver Salamanca con otros ojos.
También con otros ojos… Hace memoria José Almeida Corrales, médico, historiador, cronista y artista en su revisada y ampliada “Salamanca monumental”, libro en el que Almeida dota de alma aquellos rincones y monumentos que describe por el método de recrear en ellos momentos vitales o figuras que conoció y trató.
La memoria histórica tiene una deuda con José Giral Pereira, en parte satisfecha por el libro de Francisco Javier Puerto Sarmiento “Ciencia y política: José Giral Pereira”. Catedrático y farmacéutico en Salamanca, Giral fue un notable científico, con amistades salmantinas muy celebradas, que terminó en el exilio por su compromiso político, que le llevó al gobierno republicano. Regresó a Salamanca con 66 años convertido, dijo, en un “signo de la superación de una tragedia universitaria y nacional”.