El ala-pivot que nació en un bosque
El ‘Fuenla’ ficha a Sulejmanovic, cuya familia tuvo que huir de la guerra de Bosnia
Fuenlabrada
Cuando en estos días se habla de la crisis de los refugiados (y a la mente nos vienen imágenes de sirios huyendo de la guerra en su país) es bueno ejercitar la memoria a corto plazo y recordar que hace no tanto (en los cercanos 90) eran europeos los que escapaban de las ruinas de los conflictos bélicos.
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En la primavera y el verano de 1995, los Balcanes, Bosnia en concreto, eran el escenario de una de las peores masacres de la historia reciente de Europa. Ante el asedio de Srebrenica por parte del ejército serbio de Ratko Mladic del JNA, miles de musulmanes bosnios huían como podían por entre los bosques (no entraremos a valorar el papel de los ‘Cascos Azules’ holandeses). Uno de esos grupos, el de la familia Sulejmanovic elegía el sur como destino, en vez de Tuzla, hacia el noroeste, donde habrían caído en las manos serbias. Eran un grupo pequeño, unos centenares de refugiados, que intentaban llegar a una zona segura atravesando los montañas del centro de Bosnia. El 15 de julio de 1995, mientras los radicales serbios de Mladic asesinaban a sangre fría a 8.000 personas, Emir nacía en pleno bosque, a las afueras de Zepa, a 50 kilómetros del horror de Srebrenica.
La familia emigró dos años después en Finlandia, donde Emir empezó a jugar en el URA Basket de Kaarina. Muy joven, 16 años, buscó oportunidad en una de las grandes canteras europeas la del KK Olimpija Ljubljana, y luego en la del F.C. Barcelona; con eslovenos y catalanes debutó en Euroliga. La última temporada ha estado jugando en KK Cibona Zagreb (donde estuvieron a punto de romper el dominio del KK Cedevita en la liga croata llevando las finales al quinto partido). Aunque jugó en las selecciones inferiores finesas, ha decidido representar a Bosnia y Herzegovina en competiciones internacionales.
Sulejmanovic (2,06 metros) firma por dos temporadas, hasta el mes de junio del año 2019. El ala-pívot promedió 7,7 puntos, 5,3 rebotes y 9,4 de valoración en la A-1 liga y 7,2 puntos y 4 rebotes por encuentro en la ABA Liga.