Ocio y cultura

Proyectando y procrastinando

La opinión de Ana Díez, médico de familia

OPINIÓN | Proyectando y procrastinando

OPINIÓN | Proyectando y procrastinando

02:45

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/009RD010000000158746/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

A principios de año sacamos a relucir una palabra que vamos a utilizar mucho: proyectar. Procede del latín y significa avanzar, proponer o trazar un plan. De hecho, tenemos por delante todo un año, 12 meses, 365 días para llevar a cabo esos proyectos. ¿No vamos a tener tiempo en un período tan largo?

Curiosamente, al poco tiempo (ya incluso en febrero), junto con esta palabra, utilizamos también otra: procrastinar. Pues esta significa todo lo contrario, diferir, aplazar.

Se entabla así una lucha entre ambos términos y, mira por dónde, casi siempre gana la segunda, es decir, postponemos muchas de las cosas que teníamos pensado hacer. Y, además, encontramos razones para ello: falta de tiempo, de dinero, exceso de trabajo. En definitiva, muchas veces excusas que nos tranquilizan la conciencia, pero que no siempre son reales.

¿De verdad tenemos tanta prisa y tantas cosas que hacer que no somos capaces de encontrar un huequecito para cosas saludables para el bienestar emocional? Simplemente suele ser cuestión de aclararse las ideas y organizarse la vida adecuadamente. Para ello sería aconsejable que meditáramos o reflexionáramos un poco sobre nosotros y lo que hacemos, lo que queremos hacer y si realmente vamos a intentarlo.

Entre las numerosas técnicas de meditación y reflexión, tan en boga últimamente, me ha gustado, quizás por su nombre, el h`oponopono. Es una técnica de meditación hawaiana. El término, según el diccionario hawaiano, significa poner en orden, revisar, supervisar y gestionar, de la misma manera que los hombres se preparan para coger una ola con la canoa. Comienza con un rezo para, a continuación, exponer el problema y discutirlo, es una práctica reflexiva y cooperativa en la que los valores y la introspección son muy importantes.

Si me acerco un poco, encuentro la filosofía Hygge (juga), que consiste en aprender a vivir disfrutando de las pequeñas cosas, de la buena compañía, en la casa de cada uno, en el rincón preferido, con unos calcetines gorditos de lana, ropa cómoda y una infusión o una taza de estupendo chocolate, mientras charlamos, leemos o vemos una película. Dicen que Dinamarca, lugar de origen de la filosofía de este nombre, es el país más feliz de Europa.

Meditar es un acto saludable y de higiene mental que ayuda a aclarar las ideas, a organizarse la vida correctamente. Y no es necesario que nadie nos marque las pautas. Simplemente hay que proponérselo e incluirlo entre las rutinas habituales. No es necesario hacerlo en ninguna postura concreta ni en un lugar determinado; es más, si lo hacemos mientras andamos o practicamos otro ejercicio en solitario, la meditación mejora.

A principios de año nos proponemos estudiar idiomas, hacer ejercicio, dieta y un sinfín de propósitos, pero, ¿por qué no una sola cosa y hacerla de verdad?

Que cada uno se proponga lo que quiera, pero habiéndolo meditado previamente para no sentirse defraudado al final del año.

¡Dejemos de procrastinar, que la vida se pasa y no vuelve!

¡Feliz 2018!

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00