Johnny G-The John Guidetti Song cambia de sede musical a Vitoria
Guidetti dice en su presentación que es "un poquito loco pero todo corazón"
Vigo
La música de Badpojken ya no sonará más en Balaídos. Ya no volverá a sonar ese estribillo tan coreado por la grada de John Guidetti oh, John Guidetti. Tampoco sonarán los primeros acordes de esa canción que se había convertido en un clásico del Municipal a la par de Mi Gran Noche o el Equipo A. Era la nueva medicina de Balaídos como en los ochenta nos taladraba el oído el “Viaxes Botafumeiro” o el anuncio de la Coca-Cola. Ahora serán los locales de Vitoria y Mendizorroza los que se muevan al ritmo de versos como “I want it badly oh, The boy will go and go..."
John Guidetti ya es nuevo jugador del Alavés y, se podría decir, que ya no lo será del Celta salvo giro radical. La opción de cláusula obligatoria de 4 millones deja a las claras que la intención de ambas partes es separar sus destinos. Incluso si el Alavés cae a Segunda parece evidente que el sueco buscaría otras opciones para seguir jugando en la Liga. La falta de confianza de Unzué y el Mundial de Rusia fueron el maridaje perfecto que llevaron a Guidetti a buscar un nuevo equipo para poder disputar la segunda vuelta y no caer de la lista de Suecia ahora que, incluso se ha recuperado Ibrahimovic. Los avisos prenavideños dejaban entrever que la canción de Badpojken estaba cerca de cambiar de sede musical. Los aficionados del Celta que estaban huérfanos de poder cantarla en Balaídos ante la ausencia de minutos del sueco, si podían resarcirse en las diferentes zonas de marcha de la ciudad.
Y John que es uno de los futbolistas que mejor entiende que algo ha cambiado a la hora de relacionarse con los aficionados, no defraudó en su presentación como jugador del Alavés: “Soy un poquito loco en el campo pero soy todo corazón”. Una declaración de intenciones del espectáculo que suele ofrecer y esos titulares tan divertidos e impactantes que nos ha dejado estos últimos años. Ahí no se quedó la cosa, el delantero sueco aseguró también que “me gusta ganar hasta en el Monopoly”.
Siempre con la sonrisa puesta, con la política de gestos de ganarse a la gente y al vestuario con su forma de ser y con declaraciones de intención más que declaración de intenciones: “vengo a ayudar, no es importante quién marque los goles, porque si el Alavés juega bien, yo jugaré bien”. Se esforzó en hablar en su castellano de Estocolmo y en transmitir ese buen rollo que le convirtió en un jugador muy querido en Vigo. En Mendizorroza no podrá ir a la playa a jugar con los niños y dar toques mientras el sol le tuesta. Pero seguro que alguna foto gigante de Mendizorroza podrá poner en su garaje de Vitoria y allí entrenar; colgar algún vídeo que haga las delicias de sus aficionados. Ya hubo guiños incluso ayer en la presentacion para los seguidores del Glorioso: “es una afición maravillosa, yo la viví el año pasado en las semifinales”. Está más cerca que pueda sonar el tema de Badpojken cada vez que marque el sueco con el Alavés. Seguramente en Vitoria pase lo mismo que en Vigo y los aficionados harán un "Milli-Vanilli" de las primeras estrofas hasta llegar al estribillo que, como buenos españoles, todo el mundo es capaz de "lololizar" al ritmo de "John Guidetti, lololololó". En Vigo, en Canido, Balaídos, Churruca o Areal calibrarán los DJ o la gente si seguirá sonando aquello de "We´re gonna really fly, we´re heading way up high, you mean all the world to me...John Guidetti, Oh, John Guidetti". El sueco lo tenía claro. Si quería ir al Mundial le tocaba "Evasión y Vitoria". Badpojken cambió su sede musical a Euskadi. No es mala tierra para triunfar.