Cosa de niños
La opinión de Pablo Quesada

Hoy por Hoy Andújar (10/01/2018)
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Andújar
Ya vinieron los Reyes Magos, ya vinieron cargaditos de juguetes para el niño de Belén y para los niños de Andújar y comarca también; y ya se han vuelto caminito de su tierra allá en Oriente, donde estarán hasta el año que viene. ¡Qué hermosa es la fiesta de los Reyes Magos! ¡Cuánta ilusión se puede ver en la cara de los niños al paso de la cabalgata y luego, la mañana del 6 de enero, al descubrir si han respondido a los deseos expresados en sus cartas, o si han degustado la comida y bebida que con tanta expectación les prepararon la noche del día 5 antes de acostarse tempranito!
Qué hermosa, decía, es la fiesta de los Reyes Magos, y lo es porque es una fiesta por y para los niños, para los más pequeños de nuestra sociedad, para los que aún conservan un corazón limpio y una inocencia envidiable. Sin entrar en más detalles históricos, esta fiesta de los Reyes Magos nace de la tradición católica española por y para los niños. Y conviene recordar este origen cuando este año hemos vivido cómo algunos pretenden instrumentalizar a los niños para otros fines, que por muy loables que puedan ser, si es que lo son, deben dejar a los niños y a esta fiesta de Reyes en concreto al margen. La fiesta de Reyes no es momento ni para drag queens ni para hacer proselitismo con lazos amarillos con el que hacer pasar a unos golpistas encarcelados por presos políticos. Dejemos a los niños disfrutar con cosas de niños, que los Reyes sólo vienen un día y el año tiene muchos más.
Hablando de niños y de que estos deben ser los protagonistas de esta fiesta, creo que es de agradecer que ese fuera el foco de los responsables de la cabalgata de Andújar. Ante las previsiones de lluvia fuerte para la tarde del día 5, seguro que no fue nada fácil cambiar toda la organización de la cabalgata, coordinar a los numerosos grupos y organizaciones participantes, al magnífico espectáculo pirotécnico, así como a “los Reyes” para adelantarla 24 horas en un margen de tiempo tan corto. Lo fácil y cómodo hubiera sido dejarlo todo como estaba, que para eso estaba organizado así desde hacía tiempo y luego, si llovía, pues ¡una pena! Como lo fácil ha sido, para algunos, reírse de esa decisión cuando la lluvia fuerte prevista se retrasó unas horas. Pero lo correcto no siempre es fácil, y lo correcto es poner a los niños y su ilusión por delante, y, como digo, es de agradecer que ese haya sido el enfoque adoptado por los responsables de nuestra ciudad.
Los Reyes Magos son cosa de niños, nada más y nada menos. Así es y así debe seguir siendo. Para lo demás, hay 364 días más.




