Sociedad

Una sequía de récord

2017 ha sido el año más seco de los últimos 25 años en Aranda según los datos recogidos por el observatorio escolar del instituto Vela Zanetti

El año 2017 ha sido el más seco de los últimos 25 años en Aranda de Duero / Public Domain

Aranda de Duero

El observatorio meteorológico escolar del Instituto Vela Zanetti pone cifras concretas a la sequía que ha sufrido la comarca durante el pasado año 2017: un año en el que según las estadísticas que recoge el alumnado de este centro hubo menos de la mitad de días de lluvia que el año anterior y también es poco más de la mitad el volumen de agua que cayó. De hecho la suma de todas las precipitaciones a lo largo del año no llega ni siquiera a los 348 litros por metro cuadrado, la cantidad más baja de los 25 años en los que este observatorio escolar lleva registrando datos meteorológicos en Aranda.

Según estos datos que se recogen cada año en el ámbito de un estudio escolar (por lo que hay que tener en cuenta que faltan datos de fines de semana y jornadas festivas) los días de lluvia en 2017 fueron 28 frente a los 62 de 2016. Durante esas jornadas el pasado año cayeron 347,9 litros por metro cuadrado, cuando en el mismo periodo del año anterior fueron casi el doble, 652,5 litros por metro cuadrado. Si comparamos con otras anualidades, aunque 2015 también fue muy seco el volumen total de precipitaciones fue ligeramente superior, llegando a los 349,3 litros por metro cuadrado, mientras que 2012, el tercer año más seco de los últimos 25 en Aranda se alcanzaron 372 litros por metro cuadrado. No ha habido ningún otro año en el último cuarto de siglo en el que las precipitaciones hayan sido inferiores a los 432 litros por metro cuadrado que se registraron en 2011. Como curiosidad recordamos que 2010 fue el año en el que se marcó el récord de humedad de estos 25 años alcanzando los 757 litros y medio de agua recogida por metro cuadrado.

Volviendo a lo más inmediato, a lo ocurrido en 2017, el mayor volumen de lluvia cayó entre los meses de mayo y julio. Concretamente junio fue el mes más húmedo en el que se recogieron 80 litros por metro cuadrado. Por el contrario en septiembre no cayó ni una gota de agua.

TEMPERATURAS

Estos datos también indican que el último año fue más cálido que el anterior, dado que la temperatura media en 2017 fue de 12,5 grados centígrados, frente a los 11,4 de los doce meses anteriores. En este sentido 2017 se asemeja a 2011, que también presentó la misma temperatura media, la máxima de los últimos 7 años.

Centrándonos en 2017 el termómetro marcó valores bajo cero desde enero hasta abril. La temperatura más baja de todo el año se alcanzó poco después de estrenar el año, el 19 de enero, cuando el termómetro descendió a los once grados bajo cero. Ese primer mes del año fue el que registró más jornadas con hielos, concretamente 16. En el otro extremo, junio y agosto registraron la temperatura máxima de los doce meses: 37 grados se alcanzaron el 8 de junio y el 22 de agosto. También junio fue el mes más caluroso en general: cuenta con la temperatura media más elevada, 23,6, y también con la media más alta de las temperaturas máximas de 32,7. Los meses de comienzo y cierre del año, enero y diciembre fueron los más fríos, con temperaturas medias de 1,7 y 1,5 grados respectivamente.

Pese a que nos pueda parecer que el año 2017 fue excepcional y se desvía de la norma que define la meteorología de la Ribera del Duero, lo cierto es que en la serie de estadísticas que el observatorio del Instituto Vela Zanetti recoge desde hace más de dos décadas el último año se inscribe en una tónica más o menos estable en el comportamiento de los fenómenos meteorológicos de la Ribera del Duero sobre todo en lo que se refiere a las temperaturas, con variaciones algo más apreciables en cuanto a las precipitaciones, que van alternando años en general bastante secos con otros en los que se producen más lluvias, concentradas especialmente en los meses de primavera y en menor medida en otoño.

IMPLICACIÓN DE LA COMUNIDAD ESCOLAR DEL INSTITUTO VELA ZANETTI

Todos estos datos podemos tenerlos y analizarlos gracias al esfuerzo que docentes, alumnado y personal laboral del Instituto Vela Zanetti ponen en recoger con tesón las variables meteorológicas que dibujan anualmente el paisaje de nuestro clima ribereño. Mientras que los alumnos y alumnas de cuarto de la ESO con docentes del departamento de Física y Química se encarga de la recogida de datos, el personal que está en la conserjería se ocupa de forma voluntaria de registrar las variables durante los meses de verano en los que el centro está cerrado por vacaciones escolares.

Esta iniciativa forma parte desde hace lustros de un programa internacional de recogida de datos denominado “Globe” en el que participa incluso un organismo como la NASA, aunque el centro docente arandino le interesa especialmente la vertiente escolar de esta actividad. Por eso sus responsables inciden en que los datos recogidos tienen el valor que da la continuidad en el tiempo y la tendencia que muestran, tras tantos años recogiendo las variables día a día, aunque recuerdan que no son estadísticas oficiales y por tanto el instituto no puede emitir certificaciones sobre unos datos, que, eso sí, ofrecen a quienes se lo piden.

 
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