La cercanía de un oso adulto inquieta a los vecinos de Cabezón de Liébana
El ejemplar, que tendría unos dos años de vida, ha sido visto por las calles del pueblo buscando comida
Santander
Preocupación entre los vecinos de Cabezón de Liébana por la presencia de un oso adulto merodeando por las calles del pueblo presumiblemente en busca de alimento.
Los vecinos y el Ayuntamiento piden al Gobierno de Cantabria que actúe porque el animal se mueve sin ningún tipo de restricción por varias localidades del municipio.
Los profesionales de la Fundación Oso Pardo (FOP) calculan que este ejemplar tendría unos dos años. Está en plenas facultades y ha sido visto en varias ocasiones paseándose por el pueblo buscando algo que comer.
Según la fundación podría tratarse del mismo ejemplar que se vió en otro punto del municipio el pasado verano. No se ha producido ningún tipo de incidente pero los vecinos están preocupados y extreman la precaución a la hora de pasear por la calle ante la posibilidad de encontrarse con este ejemplar.
Estas navidades, también en Cabezón de Liébana, se avistó otro ejemplar de oso pardo, en este caso un osezno que podría estar herido. De hecho, la Consejería de Medio Natural ha intentado, sin éxito de momento, capturar a este osezno para comprobar su estado y proceder a su cura.
El osezno habría resultado herido el pasado mes de noviembre por un disparo producido durante una acción de caza. Unos hechos por los que Ecologistas en Acción Cantabria ha presentado ya una denuncia ante la Fiscalía de Medio Ambiente.
Entiende la organización que el disparo, que se produjo durante una batida ordinaria de jabalí, dejó herido a este osezno de aproximadamente 1 año de edad, pero no se comunicó ninguna incidencia. Sostiene EA que "varios cazadores, conocedores de lo que había ocurrido, ocultaron los hechos a los agentes medioambientales encargados de la supervisión de la cacería".
Tanto Ecologistas en Acción como la Fundación Oso Pardo reclaman al Gobierno de Cantabria que capture cuanto antes al ejemplar de osezno herido. Su exposición continuada a la presencia humana, sostiene la FOP, "puede llevarle a un proceso de habituación a la gente o a sufrir un incidente grave".
En principio, los dos ejemplares merodean la zona por separado, nadie les ha visto juntos. Pero en la zona lo que más inquieta es que los osos se vayan acercando cada vez más a zonas habitadas en búsqueda de alimento.