¿Cuál debe ser la altura de los reductores de velocidad sobre la calzada?
En Toledo, la asociación "Rio Chico" pide al Gobierno municipal que revise los que se han instalado en el barrio de Valparaiso porque creen que incumplen altura y anchura recogidas en el proyecto

Cadena SER

Toledo
¿Cuál debe ser la altura de los reductores de velocidad sobre la calzada? Doce centímetros miden los que el gobierno municipal instala en la ciudad de Toledo tras la operación de asfaltado y según ha explicado en la SER, la concejal de obras Noelia de la Cruz, están copiados de una instrucción técnica del ayuntamiento de Madrid, que así lo aconseja en vías urbanas.
El plan de asfaltado acometido por el gobierno municipal en muchos distritos de Toledo ha sembrado de reductores de velocidad, previos a los pasos de cebra, las avenidas del barrio de Valparaíso. Prácticamente -se quejan los vecinos- hacen inviable la circulación de vehículos y autobuses, obligando a reducir la velocidad a 20 kilómetros por hora y por debajo de la limitación de las señales. Numerosas quejas atiende la Asociación vecinal Rio Chico, que ha pedido al ayuntamiento que los revise, transcurridas apenas 48 horas desde su instalación.
Demandados y protestados a partes iguales, los reductores o badenes, son necesarios por razones de seguridad vial -explica la concejal- que asegura "habrá una reunión y que la decisión no es inamovible".
Discrepancias entorno a la altura y la anchura
Según el presidente de la asociación Rio Chico, Ramón Lorente, el proyecto visado por el Colegio de Ingenieros de Castilla-La Mancha, recoge una altura para los realces de 6 centímetros y una anchura de cuatro metros, pero los ejecutados en este barrio se han convertido en "baches continuos", provocando la sorpresa entre conductores a los que "resulta muy complicado circular". Se han levantado en casi todos los pasos de cebra de las avenidas del Madroño y del Olmo.
La concejal de obras precisa que la Avenida del Madroño en Valparaiso invita por su diseño a infringir la señalización vertical y que el objetivo es la seguridad. Objetivo compartido por la mayoría de Ayuntamientos y distritos de España, que no escapan a la polémica suscitada por la contradicción de la normativa ministerial y su aplicación en vía urbana. Así, se han visto en ocasiones obligados a rebajarlos.
Lo cierto es que la normativa regula distancias, pendientes y medidas de estos reductores de velocidad para no perjudicar a los conductores.
El Plan de Asfaltado se ha desarrollado en 58 calles, plazas y glorietas de Santa Bárbara, San Antón, Palomarejos, Buenavista, Casco Histórico, Santa Teresa Azucaica, Polígono y Valparaíso. En este último barrio la empresa Antonio Miguel se hizo cargo de los trabajos por 371.276 euros.




