El cambio climático gana la batalla

PALMA

Nadie en su sano juicio se montaría en un vehículo que circula a una velocidad de miles de kilómetros por hora, que además gira como una peonza y en cuyo interior se quema una hoguera nuclear.

Salvo que todos viajamos en algo así, y lo llamamos la Tierra.

Ahora encima se ha averiado el termostato, con lo cual han desaparecido las estaciones tradicionales.

Solo existe una estación, y se llama calor. El resto es una excepción.

Cualquier persona que haya disfrutado del último fin de semana en Balears no necesitará de mayores explicaciones.

Era enero, pero hubiera pasado perfectamente por junio.

Es una confusión peligrosa, en una región que vive de la correcta administración del verano entre fechas concretas.

También aquí, el cambio climático ha ganado la batalla.

No podemos quejarnos, porque no hemos hecho nada para evitarlo.

Claro que, si hubiéramos hecho algo, tampoco lo hubiéramos evitado.

No sé si sirve de consuelo.

Nuestra última esperanza es que un artículo sobre el buen tiempo es una llamada al mal tiempo.

A ver si también funciona esta vez.