"Empezó a invocar a Alá y pensaba que iba a inmolarse"

Las Pedroñeras

Ángel Viana, el Guardia Civil conquense destinado en Quintanar de la Orden, acusado de matar a tiros a un ciudadano marroquí en la A-3 en abril de 2016, ha declarado ante el juez. En su declaración, ha pedido disculpas a los familiares de la víctima y ha asegurado que ahora se ha dado cuenta de que mató a “una persona inocente”. Sin embargo, Viana ha explicado que en aquel momento “el marroquí lo desafió con la mirada” y ahí supo que “era un terrorista” y que “lo tenía que detener porque iba a hacer algo”.

Ha detallado que una vez lo tenía retenido en el suelo, apuntaba en la cabeza con su pistola reglamentaria, le daba “miedo de que llevara un cinturón bomba” y en uno de sus movimientos apretó el gatillo porque “empezó a invocar a Alá y pensaba que iba a inmolarse”.

En el momento de los hechos el acusado se encontraba de baja médica por una lumbalgia, al menos oficialmente, porque él ha sostenido que "estaba muy mal psicológicamente y veía peligros por todos los lados". Esto no se lo quiso decir a sus superiores porque le habrían retirado el arma y “la necesitaba porque sabía que iba a haber un atentado”.

Tal y como también ha subrayado el abogado defensor, Juan Manuel Arroyo, el acusado en aquel momento tenía una “obsesión” por un posible ataque terrorista, por eso iba armado. “Pensaba que estaba elegido para abortar un atentado”, ha reproducido.

Por su parte, Beatriz de Vicente, abogada de la acusación particular, asegura que "con las pruebas no se sostiene que sea un delirio, sino a un asesinato que nace por una discusión de tráfico".

En lo que ambos letrados coinciden es que hay una responsabilidad subsidiaria del Estado, pues se debía haber vigilado a esta persona y haberle retirado el arma que portaba.