¿Una leyenda urbana? Vamos hombre...

Palencia

Les supongo enterados de los comentarios del Director General de una entidad financiera, CaixaBank para más señas, respecto a la consideración lenguaraz que este individuo ha hecho afirmando que los desahucios son una leyenda urbana. Socialmente se ha convenido que las leyendas urbanas son historias que tratan de incluir elementos misteriosos, sorprendentes o extraños. Aunque la valoración de un hecho tan trascendente como la que hace este banquero le sitúa al lado de la indecencia y la obscenidad. Lo peor de todo es que la falta de rigor y el exceso de frivolidad son dos peligrosos ingredientes que ha manejado con total ligereza un representante cualificado del sector bancario, esfera económica que tanto ha de agradecer a toda la sociedad española.

Porque, si de desahucios hablamos, éstos han sido numerosos, premeditados y a plena luz del día, y muchos de ellos han sido insólitos y ciertamente incomprensibles. Calificar de leyenda urbana a los desahucios es como tipificar las muertes en los accidentes de tráfico con la misma categoría haciendo dudar de la credibilidad de tales tragedias, o argüir que la corrupción política se da por casualidad y es la mera incidencia de unos pocos que pasaban por allí en ese momento y que no tiene nada que ver con los bolsillos personales y las cuentas de los partidos políticos corruptos.

Pero es que además la acepción de “leyenda urbana” la mayoría de las veces lleva implícita una atribución de ingenuidad a quien la cree, la comparte o la divulga, y eso ya son palabras mayores. ¿Acaso este sujeto nos está llamando estúpidos a quienes lamentamos este desgraciado trance que ha afectado a tantísimas personas? Habrá que recordar a este Director General de CaixaBank que en los últimos diez años se ha contabilizado la espeluznante cifra de cerca de medio millón de desahucios.

Parece que la desigualdad no solo se establece en base a la brecha de recursos económicos que se produce entre ricos y pobres. Estamos descubriendo, además, otro tipo de divergencia puesta de manifiesto por la diferencia de valores de la mayoría de la sociedad con buena parte de las élites y, sobre todo, con las experiencias personales que marcan la realidad a diario de unos y otros.

Aunque puede ser que opiniones así puedan estar preparando una nueva corriente de opinión que quiera hacernos creer que la donación del gobierno a la banca por valor de 60.000 millones de euros o que haya miles de familias burladas con las clausulas suelo esperando que se resuelva su situación, sean también “otras leyendas urbanas”. En fin, parece que estemos destinados a descubrir a menudo un sinfín de nuevos caraduras.