Los trabajadores del futuro, obligados a tener iniciativas propias

Lugo

Desde que somos niños, la curiosidad forma parte esencial de nuestro aprendizaje. Pero no siempre somos capaces de mantener esa curiosidad innata, y es frecuente que con el paso de los años acabemos acomodándonos con lo que ya conocemos. Sin embargo, esa curiosidad aplicada al ámbito laboral constituye uno de los principales valores con los que puede contar un trabajador y uno de los más importantes activos para su empresa.

En un mundo tan cambiante, donde los modelos de negocio enseguida se quedan obsoletos, los individuos curiosos tienden a aprender más y más rápido y se adaptan mejor a los entornos cambiantes. Las empresas necesitan empleados con iniciativa capaces de explorar, detectar oportunidades, y plantearse nuevas soluciones para situaciones donde las recetas tradicionales ya no funcionan.

Future for Work Institute, un observatorio independiente sobre el futuro del trabajo y la gestión de las personas en las organizaciones, ha elaborado un estudio en colaboración con la plataforma online Infojobs para conocer cuál es el nivel de curiosidad que existe hoy en día en las empresas españolas. La encuesta, elaborada sobre una muestra de más de 11.000 personas, analiza la relación entre la curiosidad y diferentes parámetros, como el nivel de estudios, la antigüedad en la empresa, el tipo de relación laboral o el grupo profesional. Del trabajo se desprende que los autónomos suelen tener una mayor curiosidad, así como los profesionales con estudios superiores, y que curiosamente no son los profesionales jóvenes los más curiosos en las empresas.

Según Jordi Serrano, de Future for Work Institute, la curiosidad es la mejor receta para el éxito, y la mejor aliada para los trabajadores menos cualificados, pues la tecnología hará que definitivamente desaparezcan muchos de los actuales puestos de trabajo, al menos tal y como hoy los conocemos.