Nuestro agradecimiento a Domingos Merino
El comentario de Consuelo Bautista (01/02/2018)
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A Coruña
En abril de 1979 estaba todo por inventar. Después de 40 años de Dictadura y en plena transición aún tambaleante y precaria se constituían los primeros ayuntamientos democráticos y en A Coruña tomó posesión un hombre popular, bueno, republicano, y demócrata Domingos Merino. Las cosas se hacían por primera vez después de mucho tiempo. Los plenos eran por la tarde y la gente participaba en ellos y el colectivo de poetas Amor y Desamor llevaba la nueva cultura a la calle. Ha fallecido Domingos Merino alcalde de A Coruña durante dos años, que sufrió el acoso y derribo del poder con mayúsculas y mantuvo una dignidad y una bonhomía que le hicieron crecer ante cada ataque. Con A Coruña y Galicia como centro, luego fue diputado del BNG y hasta Vicevaledor do Povo por esta fuerza política. En A Coruña dejó un Plan general que fue un quebradero de cabeza para el vazquismo porque colisionaba con el todo vale inmobiliario que vivió esta ciudad a beneficio de unos pocos. Dibujó, también con Rafael Bárez, una avenida de Alfonso Molina puerta de entrada humana y amplia para esta ciudad que sigue esperando y llevó la voz de los más débiles a María Pita. Todos lo reivindican ahora, y está bien. Maestro de ajedrez, tres veces campeón gallego, reconocido a nivel estatal sabía que las buenas jugadas se hacen con perspectiva y gestionando los tiempos. Aunque no era de tácticas, ni de estrategias. Los que lo conocieron bien dicen que él era una persona de corazón.