Una nueva valla para los Jevis de Gran Vía

Las obras de peatonalización de la Gran Vía se llevaron un trocito de Madrid. Un pedazo de historia en forma de barrotes metálicos en los que dos personajes que forman parte de la cultura popular de la vía apoyaban sus litronas y rememoraban tiempos en los que un alcalde decía aquello de "¡Roqueros, el que no esté colocado, que se coloque y al loro! La modernización dejó sin barandilla a los Jevis. Ahora, una agencia de publicidad pide al Ayuntamiento que se la devuelvan. 

Eso sí, de la valla no tendrá que hacerse cargo el Consistorio, ya que los vecinos les han regalado una completamente nueva y de su estilo: con sesenta calaveras en su estructura, coronada por una más en cada esquina superior y un águila en medio de ellas. 

En la actualidad es difícil ver a los Jevis en el que fue su lugar habitual durante 15 años, a pocos metros de la salida del metro de Gran Vía, frente al antiguo local de Madrid Rock que ahora es un Bershka. Y que no haya barandilla es uno de los motivos de su ausencia, según la agencia de publicidad M&CSaatchi, promotora de la iniciativa. 

Para acabar con esta situación, M&CSaatchi ha registrado la campaña en el portal de participación ciudadana del Ayuntamiento, Decide Madrid. "El límite para caminar por la Gran Vía siempre lo han marcado los Jevis, punto de referencia de todos los madrileños, que con las obras han quedado desubicados, desorientados", resaltan los responsables de la agencia. 

Enfundados en vaqueros pitillos, camisetas de Iron Maiden o Judas Priest, con el pelo largo que peinaba más canas que castaños, cinturones de casquillos de balas, botas de vaquero, pañuelos atados a la muñeca y llenos de tatuajes, Emilio y Jose Alcázar eran juez y parte del trasiego de la gran arteria madrileña. Les envolvía un halo romántico de quien toma un camino y nunca mira atrás, un sonido de Black Sabbath mezclado con el tráfico. 

La iniciativa para que los Jevis vuelvan a su lugar en Gran Vía con Montera necesita 27.662 votos. Por ahora ha alcanzado 42.