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La historia del huerto de Calixto y Melibea

El director de Radio Salamanca Cadena SER, Santiago Juanes, relata cómo se ha desarrollado este emblemático lugar

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El huerto de Calixto y Melibea está muy unido a la tradición romántica. Aquí se supone que ambos se encontraban. Su creador, Fernando de Rojas, sin mencionarlo se refiere a él cuando escribió “Toda la calle del Arcediano vengo a más andar tras de vosotros”. Esa calle del Arcediano existe, por ella se accede a este huerto y en ella se encuentra una escultura dedicada a Celestina realizada por Agustín Casillas. Esta calle del Arcediano debe su nombre a quien fue Arcediano de Ledesma, el conocido Obispo Paradinas, que tuvo aquí su casa y aquí quizá escribió una de las pocas copias que existen del Libro del Buen Amor.

Fernando de Rojas, que vivió entre 1470 y 1541, estudió en la Universidad de Salamanca y escribió La Celestina en 1502 debió conocer este rincón de Salamanca como lo que era, huerto. Y sin embargo, hoy es jardín.

Lo es desde el 12 de junio de 1981 tras la intervención municipal del entonces alcalde, Jesús Málaga. Más tarde se uniría a este huerto el llamado Jardín del Visir. Un jardín propiedad de Agustín Sánchez Manzanera en cuya casa tuvo su primera sede la UCD. La casa fue derribada en 1988, se intervino en su jardín y hoy todo es uno bajo el nombre de Huerto de Calixto y Melibea. Un jardín que acoge también la llamada Casa Galera, que es desde hace unos años un albergue de peregrinos a Santiago de Compostela.

 Aunque conocemos ese rincón como Huerto de Calixto y Melibea, era el huerto de la casa del Arcediano. Una casa con su historia.

Así es, sobre este huerto se levantaba el jardín y la casa del Arcediano de Ledesma, de donde proviene el nombre. Este arcediano era Alfonso de Paradinas, colegial del San Bartolomé y copista del Libro del Buen Amor. Su copia estuvo en el Colegio muchos años y hoy se encuentra en la Biblioteca de la Universidad. Fue un hombre muy apreciado por la Iglesia. Llegó a estar en Roma, donde estuvo en la fundación de la iglesia y hospital de Santiago para españoles, uno de los primeros edificios renacentistas. Antes de llamarse del Arcediano esta calle se conocía como calle de los Leones. Cuando se inicia la construcción del Huerto aparecen algunos elementos góticos de aquella casa.

Todo el mundo, más o menos, conoce el argumento de la novela de Fernando de Rojas: el dramático enamoramiento de Calixto y Melibea con la intervención de Celestina, cuyo nombre ha terminado por denominar a una mujer que procura, encubre o facilita una relación amorosa o sexual entre dos personas o sencillamente a alguien que media con extrañas artes. Curiosamente, ella, Celestina, que es un personaje secundario, terminó por dar nombre a la novela. Una de las razones por las que se sitúa en Salamanca es, además de por la calle del Arcediano, porque tenía su cueva en las Tenerías. Un poco más allá de donde nos encontramos, en la que se conoce como Peña Celestina. Podemos suponer que eso que se dice que llevarse a alguien al huerto, quizá tenga que ver con este rincón.

Es justo recordar que Fernando de Rojas es el protagonista de las novelas de Luis García Jambrina “Los manuscritos de…”. Tiene una calle en Salamanca, pero la que tiene monumento es Celestina.

Está a la entrada del Huerto, como hemos dicho. Se trata de una obra de Agustín Casillas. Se inauguró el 3 de junio de 1976 pero en la Peña Celestina, detrás del edificio de Ciencias. Luego se trajo aquí. Tiene en bronce un retrato de Celestina y debajo otro con Calixto y Melibea departiendo en el Huerto. Y hay una inscripción que dice así: “Soy una vieja tal cual Dios me hizo. No peor que todas. Si bien o mal vivo Dios es el testigo de mi corazón.

 
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