Una ciudad que languidece

Palencia

Jornada la de hoy llena de acontecimientos con la visita de un Comisario Europeo y la del Presidente del Gobierno que se desarrolla, además, en el marco del “Día Mundial de la Radio”. En este sentido, no cabe duda alguna del compromiso que la SER en Palencia adquiere en el desempeño de su labor. Por eso me parece oportuno que, con visitantes tan ilustres, alcemos la voz sobre el momento que vive esta ciudad: ¡Palencia languidece!

Quizás sería necesario que entre los actos que nutren esta mañana se inaugurase también un “Centro de Documentación de la Vida Cotidiana en Palencia”, una unidad de información que reuniese y gestionase el conocimiento que tenemos sobre nosotros mismos. Porque vivimos presos de una enorme pesadumbre ante la que ya no cabe manifestarse tan sólo inquietos o preocupados. Y a pesar de que esta situación pueda parecerse a la de otros muchos sitios, debemos preguntarnos por qué hay ciudades que se enfrentan a crisis que las debilitan y son capaces de innovar engendrando un renacido dinamismo capaz de crear nuevas fuentes de riqueza y empleo. Ya no hay medias tintas, o se reacciona o perderemos las pocas oportunidades y población que nos queda, y nos veremos abocados a ver extinguirse la vitalidad de nuestra tierra. Ante esta pérdida de rumbo habrá que pensar cómo encontrar un nuevo camino de progreso.

Por supuesto, surge la pregunta de cómo encontrar el rumbo más apropiado. Creo que las ciudades exitosas llegan a serlo porque han sabido encontrar su propio camino. Pensar en Palencia como una ciudad emprendedora basada en una sociedad concienciada con habilidades humanas y profesionales diversas no debería ser una fantasía. Claro que para ello deberíamos contar con otras destrezas colectivas para lograr retener y atraer gente joven afanosa con ambiciones de participar y cooperar. Porque las ciudades prósperas consiguen serlo cuando pueden hacer realidad los sueños de la gente que quiere progresar en la vida.

Comencemos por un baño de realidad rechazando poses y discursos triunfalistas de políticos con responsabilidades de gobierno, y que dejen de convertir los graves aconteceres en crónicas festivas. Como mucho se lo admitiríamos hoy, que es martes de carnaval, pero ni por asomo los 364 días restantes del año.

Deberíamos pues disponer de un gobierno inteligente de la ciudad que lidere la implicación de instituciones, empresas y ciudadanía que sirva de incentivo para hacer que la gente arraigue en Palencia. Para ello necesitamos otro sistema público de creencias más veraz, coherente con un lugar que ofrezca oportunidades y que sea acogedor para vivir. Aunque, la verdad, no sé si tenemos algo de todo eso o si podremos llegar a tener tan solo una pequeña parte antes de que sea demasiado tarde.