Sobre algunas lagunas en el REF

Santa Cruz de Tenerife
El Gobierno de Canarias y el de España anunciaron el lunes un acuerdo definitivo para desvincular el REF del Sistema de Financiación Autonómica, acuerdo fruto básicamente del cierre del trámite de enmiendas parlamentarias al REF, en las que la colaboración de Coalición y Nueva Canarias ha sido intensa. La mayor parte de las enmiendas transadas vienen a suponer una garantía de la unanimidad alcanzada por las fuerzas representadas en el Parlamento de Canarias se refleje en el trámite del REF en el Congreso de los Diputados.
La consejera Rosa Dávila quiso poner en valor un acuerdo sin duda importante, quizá el más importante de la legislatura, pero que tiene aún algunos flecos que han de arreglarse necesariamente antes de la aprobación de la ley, bien durante el trabajo en ponencia, bien durante la discusión plenaria. El más escandaloso de ellos, por lo que arrastra de desconfianzas históricas entre Madrid y Canarias, es el que tiene que ver con los descuentos a la residencia. No es que el Gobierno Rajoy las suspenda o reduzca, eso sería absolutamente inaceptable y provocaría una durísima respuesta desde las islas. Pero el Ministerio de Hacienda ha vuelto a querer colar su vieja fórmula, que es la de establecer una tarifa bonificable, inferior a la del precio del billete. Se trata de una propuesta que deja en manos del Ministerio, de un funcionario, la redacción de un documento que determine –aún no está claro cómo- que parte de lo que cuesta el billete es la que se bonificará. Lo que el Ministerio pretende es que se bonifique no sobre el total del precio, sino en base a un mínimo. Las tarifas más caras (en Canarias las que permiten cambios en el billete, por ejemplo, o en los vuelos Canarias- Península las tarifas ‘bussines’) no permitirían descontar el total del billete. No voy a entrar aquí en la lógica del Ministerio, que no digo que no la tenga, pero se trata de un retroceso claro sobre un sistema ya asentado, que para Canarias –después de años de aplicación de los descuentos sobre el precio total de billete, excepto tasas aéreas- resulta absolutamente impopular y no parece negociable. Alguien ha dejado que se cuele la propuesta de Hacienda sin darle una pensada política: la última vez que el PP intentó lo mismo, se lio en Canarias la de Dios es Cristo.




