Con la cabeza en los pies

Fuenlabrada

Que la movilidad es vital en nuestros mayores es algo que el geriatra Fran Soria lleva defendiendo desde hace años. Adjunto de geriatría del ‘Hospital 12 de Octubre’ y ‘Hospital La Luz’, explica que “en el seguimiento del mayor se olvida con frecuencia el cuidado de los pies y resulta esencial su vigilancia”.

“Algunas estadísticas comentan que hasta 87% de las personas tienen dolor en el pie en algún momento de la vida”, apunta para reflejar la incidencia de estos problemas.

Las patologías más comunes al respecto son:

Hiperqueratosis: suceden por el engrosamiento de la piel en zonas de roce continuado.

Callos: engrosamientos en el dorso de los dedos de los pies o en la plata en la cabeza del primero (dedo gordo) al quinto (dedo más exterior).

Juanetes: el dedo gordo se desvía hacia afuera y genera mucho dolor en el uso del calzado ya que en antepié se hace mucho más ancho.

Dedos en martillo: Incluye múltiples deformidades que adoptan diversas formas (garra…) porque las articulaciones de los dedos de los pies se doblen hacia arriba o hacia abajo.

Clinodactilias: desviaciones de los dedos por encima o por debajo de los demás dedos.

Pie plano por hundimiento de la bóveda plantar. Pie valgo y pie varo con desviación de los pies hacia afuera (con apoyo de la parte que corresponde al dedo gordo) o hacia adentro (con apoyo del lado que corresponde al quinto dedo).

Síndrome del túnel del tarso: Por afectación de nervios que van hacia los pies, dolor del tendón de Aquiles, espolones o crecimiento de pequeñas calcificaciones muy dolorosas debajo del talón, neuroma de Morton (degeneración fibrosa de un nervio entre el tercer y cuarto de los dedos del pie (contando siempre desde el dedo gordo),

Uñas encarnadas: Con crecimiento excesivo o con infecciones o cambios en la coloración (una tercera parte de los mayores pueden tener hongos en los pies).

¿Cómo debemos cuidar los pies?, le preguntamos por lo tanto al geriatra que explica que “además del aseo personal, preferiblemente al final del día, es conveniente el secado adecuado de los pies tras el baño, cortar las uñas después de lavarlas y secarlas”. Recomienda el uso de limas (“sobre todo en los diabéticos para evitar los cortes”) y la revisión frecuente por el podólogo (“una vez al año, y si es diabético posiblemente con frecuencias de cada dos a tres meses”).

Vestir los pies

Otro aspecto vital es el del calzado. “Debe medir entre medio y un centímetro más que el pie, además se debe tomar en cuenta que puede variar el tamaño de los pies si tenemos patologías como la insuficiencia cardíaca o la insuficiencia venosa en miembros inferiores que puede hacer que aumenten de tamaño”.

La forma del zapato siempre debe adaptarse a la forma del pie y permitir los movimientos de los dedos. “Evite las pantuflas si tiene riesgo de caídas y cuidado con los calcetines, ya que son imprescindibles en el invierno, pero debemos evitar que sean muy apretados y corten la circulación o que tengan costuras y nos hagan daño”.