Economia y negocios

17 años sin medir el nivel de radón en el Metro de Madrid

El radón es un gas radioactivo de origen natural presente en espacios subterráneos. En concentraciones altas puede producir cáncer y por eso la ley española obliga, desde 2001, a realizar mediciones.

En diciembre de 2017, la Inspección de Trabajo dio a Metro un plazo de cinco meses para realizar esos estudios para determinar cuál es el nivel de gas radón en sus instalaciones.

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Madrid

Después de 17 años sin medir el radón en sus instalaciones, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y la Inspección de Trabajo obligan a Metro a hacerlo en un plazo que vence el 21 de mayo de 2018. Metro confirma que esos estudios ya están en marcha, después de que el sindicato Solidaridad Obrera denunciara el incumplimiento de sus obligaciones.

El radón es un gas de origen natural y radiactivo que, en concentraciones muy altas, puede producir cáncer. De hecho, según la OMS, es la segunda causa de cáncer de pulmón, después del tabaco. Suele estar presente en lugares con poca ventilación, en espacios subterráneos, como las estaciones de Metro de Madrid

Por eso, Metro, en base a Real Decreto de 2001, está obligado a declarar su actividad ante la Comunidad de Madrid y a realizar mediciones y estudios que determinen cuál es el nivel de gas radón en sus instalaciones. Pero, según el sindicato Solidaridad Obrera, no lo ha hecho desde hace 17 años. Desde este sindicato dicen que Metro ha intentado esquivar sus obligaciones, agarrándose a un estudio que realizó en 2001. "Metro está obligada porque tiene centros de trabajo y locales bajo tierra, pero ellos decían que no estaban obligados, que habían cumplido con todo y que no entraban dentro de los parámetros que les obligaban a hacerlo", explica Javier Montera, delegado de Solidaridad Obrera.

"A ver si conseguimos que Metro sepa el aire que respira"

Metro, por su parte, asegura que realizó esas mediciones en 2001: "El resultado fue que no había presencia de gas radón en las instalaciones y, por lo tanto, no había ningún peligro". Unas mediciones que, según Solidaridad Obrera, "no tienen ningún tipo de fiabilidad". Porque, además, "las instalaciones de Metro han cambiado mucho en estos años y las mediciones tienen que hacerse de forma periódica".

La empresa no solo está obligada desde 2001 a realizar esas mediciones, también lo está por una Instrucción del CSN, aprobada en 2011, que reitera la obligación de Metro de medir el nivel de gas radón para comprobar si existe o no riesgo para trabajadores y viajeros. Por eso, ante el incumplimiento de Metro, el sindicato recurrió al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Éste, en respuesta a una consulta realizada en octubre de 2017, confirma que Metro de Madrid está "obligado a llevar a cabo un estudio del impacto radiológico" y asegura, además, que "hasta la fecha el CSN no ha inspeccionado ninguna de las instalaciones de Metro de Madrid". Por lo que el CSN no ha tenido acceso al estudio sobre radón que, según Metro, realizó en 2001.

Una vez confirmada esa obligación de Metro, Solidaridad Obrera lo denuncia a la Inspección de Trabajo, que obliga a Metro, en diciembre de 2017, a realizar el estudio en un plazo de cinco meses. Es entonces, después de recibir el requerimiento de la Inspección, cuando Metro reconoce sus obligaciones y se compromete a realizar esos estudios. "Hemos dado todos los pasos", dicen desde Solidaridad Obrera, "a ver si, por fin, conseguimos que Metro de Madrid sepa el aire que respira y el riesgo que hay al gas radón, si es que existe".

Sara Selva Ortiz

Sara Selva Ortiz

Redactora de la sección de Nacional. Antes trabajó en el equipo de Hoy por Hoy, en Economía, en Informativos...

 
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