Portado a hombros por ocho ertzainas uniformados, el féretro con los restos mortales de Inocencio Alonso, ha sido recibido con una salva de aplausos a su llegada a la parroquia de Ermua. La Iglesia Santiago Apóstol de Ermua, donde se ha oficiado el funeral, se ha quedado pequeña para acoger a las numerosas personas -entre ellos un gran número de ertzainas uniformados y de paisano y una representación de los Mossos d Esquadra. Cerca de medio centenar de coronas han revestido la fachada principal de la iglesia, en gran número enviadas por instituciones, pero también por el Athletic de Bilbao y por colectivos cercanos al ertzaina como sus «amigos de la txaranga». Entre los asistentes también se encontraban el exlehendakari Patxi López, el mayor de los Mossos d Esquadra, Ferrán López; el presidente del PP del País Vasco, Alfonso Alonso; el alcalde de Ermua, Carlos Totorika; el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto; y la vicepresidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Begoña Gil, así como la consejera de Seguridad del Gobierno vasco, Estefanía Beltrán de Heredia; el director de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo, y el jefe de este cuerpo, Jorge Aldecoa. Un día emotivo en el que, al mediodía, los compañeros del ertzaina Inocencio Alonso le han rendido homenaje en el lugar donde falleció el pasado jueves durante los incidentes del partido entre el Athletic Club y el Spartak de Moscú. Un acto que ha consistido en diez minutos de silencio que han dado paso a aplausos y una ofrenda floral y otros diez minutos de silencio. Frente a un altar improvisado compuesto por velas, flores, un crespón negro, una ikurriña, una bandera del Athletic y una fotografía de Inocencio Alonso, más de un centenar de personas, ciudadanos y ertzainas, en su mayoría vestidos de paisano, han querido recordar a «Ino». «Esto es un golpe muy duro para toda la Ertzaintza», lamentaba un compañero, «ya ves toda la gente que hay aquí desde la primera promoción 25-26», señalaba. Sin embargo, el homenaje también ha servido para denunciar las condiciones en las que se encontró la Brigada Móvil durante los incidentes, porque admiten que «Ino» falleció de manera natural, «pero en un momento de estrés y nerviosismo» y lo que es «peor, ante algo que ya estaba previsto». En relación a esto, Eneko Urkijo, secretario general de ESAN, ha reclamado un cambio en las condiciones laborales de los agentes de la Brigada Móvil, que realizan guardias de 14 horas, como del modelo policial que defiende el departamento de Seguridad de «enfrentamiento cuerpo a cuerpo con los manifestantes». Urkijo ha señalado que «no tenemos el número suficiente de ertzainas para hacer frente a un nutrido número de radicales que nos quieran atacar», por lo que «hay que volver al modelo anterior», ya que «las pelotas que lanzábamos no eran para hacer daño, sino para mantener distancias de seguridad». Por último, han querido solicitar que la explanada lleve el nombre de «Ino Alonso», que se le conceda el acto de servicio y que tanto las instituciones como el Athletic tomen medidas para evitar la «violencia radical» en torno al fútbol.