Un triunfo para la esperanza (2-1)
El Córdoba remontó al Valladolid a base de casta, actitud y un Kieszek salvador que paró incluso un penalti
El vestuario celebra la victoria / Córdoba CF
Córdoba
El Córdoba se agarra a su sueño. Ganó al Valladolid y dejó claro que venderá muy cara su piel. La salvación sigue siendo muy difícil, pero lo cierto es que si había un hilo al que agarrarse, éste pasaba ineludiblemente por ganar al cuadro de Pucela. Lo de Sandoval lo hicieron y además, lo merecieron. Quisieron más y lo intentaron más, aunque lo cierto es que si no es por Pawel Kieszek, la victoria habría caído del lado blanquivioleta. El portero paró un penalti que hubiera significado el 0-2 y luego atajó un mano a mano que también pudo costar muy caro.
El partido en sí fue bastante igualado, aunque con más llegadas por parte del equipo local, que rozó el gol en varias ocasiones (Aythami, Jovanovic o Alfaro). Enfrente, el Valladolid estuvo bien plantado pero algo romo en ataque hasta que en el último minuto de la primera parte (o mejor dicho, con el tiempo de prolongación ya superado incluso) llegó el gol de Moyano a la salida de un corner. Un gol que llegó con el tiempo cumplido y que encendió los ánimos de la parroquia local.
Tras el descanso, todo pudo quedar finiquitado con el penalti fallado por el Valladolid. Pawel Kieszek demostró por qué es pieza clave en el Córdoba parando una pena máxima que pudo haber enviado a su equipo a Segunda B. En la jugada siguiente, una entrada criminal de Luismi desembocó en su justa expulsión y en una tangana entre jugadores de ambos equipos. Fernández, por cierto, se tuvo que marchar del estadio con muletas.
Esa jugada lo cambió todo. Sandoval se la jugó con cambios ofensivos (Narvaez, Jáuregui y Reyes) y le salió bien. Su equipo creyó y no dejó de intentarlo. Primero empató Jovanovic y a tres del final marcó el gran Guardiola (15 goles en liga ya) para provocar el delirio en la grada y la esperanza en el palco.
Quedan catorce partidos y la permanencia sigue muy complicada, pero las matemáticas y el juego del equipo aún no dicen lo contrario. Queda seguir ganando y la próxima parada pasa por Alcorcón.
