Abdul Karim, su vida más allá de los 3.000 metros de altura

Elda

Después de recorrer más de 9.000 km de distancia y descender otros 3.000 metros de altura, Abdul Karim llega a Petrer desde el pueblo de Hushé, en la región de Baltistán, justo en el Karakórum, una cordillera que cuenta con los casi 500 km de longitud y está situada en la frontera de Pakistán.

Abdul Karim tiene 63 años y es un porteador de este pueblo, Hushé, que cuenta con unos 1450 habitantes, aunque en la actualidad él se dedica al trecking y desarrolla el trabajo de un guía de senderismo por los glaciares de la zona. Aún así, nadie le puede quitar los más de 25 años que ha dedicado al transporte de mercancías.

Ser porteador es de las pocas salidas que tienen los miembros de esta aldea, por lo que muchos de los hombres que viven allí, dedican sus vidas a las montañas, de este modo, cuando el invierno llega a su fin, pueden trabajar en las expediciones. En estas expediciones hay dos tipos de porteadores; en primer lugar los que llevan la carga desde la aldea hasta el campo base que suele estar a unos 5.000 metros; y en segundo lugar, existen los porteadores como Karim, que transportan desde la base hasta la cima, que llega a alcanzar los 8.000 metros.

Esta sería la vida de Abdul durante los días de verano, sin embargo en invierno la situación cambia drásticamente, según ha podido explicar Sebastián Álvaro, amigo y traductor de Abdul: “No hay trabajo en las montañas, las pocas tareas que tienen se reducen a un poco de ganado, y depende del invierno, es prácticamente imposible salir. La temperatura puede llegar a los 20 grados bajo cero”.

Sebastián además de ser amigo de Abdul, es uno de los responsables del proyecto de Al filo de lo imposible, que trata, junto con otra organización conocida bajo el nombre de Sarabastell, de mejorar la salud, la higiene, la agricultura y la educación de aldeas como Hushé. Según Sebastián, con esta colaboración que comenzó en 2001, han podido escolarizar al 93% de los niños y niñas. De este modo, Hushé ya cuenta con profesores, enfermeros y matronas que llegan a atender al año 200 partos en la aldea.

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Desafortunadamente, este proyecto recibe pocas ayudas públicas, pero cuentan con alguna privada, como la que aporta la fundación de José Ramón de la Morena, que se invierte en la educación de los niños.

Abdul colabora en este proyecto manteniendo las iniciativas desde la propia aldea. Y aunque ahora está en España, en unos días regresará a Hushé y continuará luchando contra el duro invierno, pero antes viajará a Madrid para someterse a un estudio genético para que estudien las peculiaridades que tiene la gente de los poblados de Pakistán, ya que, al igual que Karim, “soportan bien el frío y trabajan mejor en altitudes altas”, tal y como ha explicado su compañero Sebastián.

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Y aunque es su primera estancia en Petrer, no es la primera visita que el porteador realiza a la península. A Karim le gusta España, y al preguntarle por el país respondía: “Spain is very good, Spain is so much than very good”. Pero no sólo adora España, también está encantado con los alpinistas españoles, ya que muchos de ellos, como Sebastián, han pasado a ser parte de su familia.

Al igual que el resto de cosas, las montañas también tienen su lado oscuro, y él admite que lo peor de las sierras de allí, es la cantidad de amigos que ha perdido y las familias que han quedado destrozadas. Sin embargo, él no dejará de subir a esas cimas, ya que para Karim las montañas son una gran belleza natural, además de una forma de vida que comienza cada día en Hushé, a más de 3.000 metros de altura.