La pobreza de los pensionistas
Pepe Belmonte dedica su 'micromentario' semanal a la 'subida' de las pensiones

Pepe Belmonte participa todos los lunes en Hoy por hoy con su 'micromentario'. / Cadena SER

Pensionistas
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Micromentario / Pepe Belmonte (26-02-18)
Ya tocaba que un servidor le prestara una mínima atención a uno de los colectivos más vulnerables y peor tratados en estos últimos años en España.
Me refiero a los pensionistas que, se supone, después de un montón de años dando el callo, dejándose la piel cada uno en lo suyo, van a vivir una vida feliz sin tener que madrugar, haciendo aquello que tenían aparcado por falta de tiempo: leer, pasear, jugar al dominó, ir al cine, hacer algún viaje, dedicarle más atención a la familia, salir con los amigos o cuidar de los nietos.
La felicidad completa después de haber cumplido con sus obligaciones de ciudadano honrado acudiendo diariamente a su trabajo. Demasiado bonito para ser verdad, que diría el otro. Porque la realidad es mucho más cruel, más fea. Las pensiones de estos hombres y de estas mujeres que han dado lo mejor de sí mismos, son verdaderamente ridículas. No tienen –como se dice vulgarmente- ni para pipas. Han de andarse con ojo porque muchos de ellos, como se descuiden, no llegan a final de mes, porque la luz y el agua y el seguro de la casa y el gas…., y tantas otras cosas, suben constantemente, en tanto que sus tristes pensiones van cayendo en picado sin que ningún gobierno, sea del color que sea, haga nada por impedirlo.
Este año, el año de la abundancia, el año en el que somos poco menos que el motor de Europa, los que más crecemos, los que hemos reducido notablemente el paro…, el año que nos hemos dedicado a rescatar autopistas arruinadas, mire usted por dónde que el gobierno, en un acto de enorme generosidad, ha decidido subir las pensiones un 0,25%. Vamos, que han tirado la casa por la ventana. Y se han quedado tan panchos, como diciendo: “Ahí tenéis, chavales, cerrad la boca y disfrutad de la vida con esta pasta gansa que os otorgamos”.
Puro cinismo porque suena a chascarrillo, a chiste malo, a tomadura de pelo. Es una manera, como otra cualquiera, de exterminar la especie, de condenarlos a la pobreza, de robarles las ilusiones, de quitarles la salud a esos pensionistas que, nadie lo olvide, con su sacrificio, han sido la pieza clave para sacar a este país de la maldita crisis.
Pepe Belmonte




