El atraco que salió al revés
Hasta ahora no me he encontrado con una sola persona que desapruebe la conducta del anciano agredido

"La línea roja" de Matías Vallés (27/02/18)
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PALMA
Estadísticamente, el atraco ocurrido el pasado fin de semana en Porreres debió acabar justo del revés.
El desenlace lógico apuntaba a unas heridas todavía más graves de los ancianos asaltados, tal vez unidas a la muerte de uno de ellos.
A un guionista le costaría convencer a sus jefes de que el jubilado atracado y golpeado por jóvenes fornidos consigue desembarazarse de ellos, disparar a uno de los asaltantes y ahuyentar a los demás.
El delito se convierte así en tragedia, porque se ha perdido una vida humana y los cristianos sabemos que todas las vidas valen igual.
Sin embargo, les planteo abiertamente de parte de quién están.
Lo consulto con ustedes porque hasta ahora no me he encontrado con una sola persona que desapruebe la conducta del anciano agredido, incluidos sus disparos con resultado fatal para el joven atracador.
No se trata por supuesto de simpatía hacia el homicidio, sino de solidaridad hacia la decisión que el atracado se vio obligado a tomar en peligro de muerte.
No es amor a la violencia, sino defensa de la vida.
En contra de quienes previenen del riesgo de una sociedad que cae en el anarquismo, los baleares cierran filas cuando los deincuentes interrumpen brutalmente su convivencia.
Los baleares están contra el delito, precisamente porque están con la libertad.




