Todo ocurrirá en 2019
Nuestro objetivo aquí no consiste solo en alertarles sobre un año insípido, de transición y número par, por si todo lo anterior fuera poco

"La línea roja" de Matías Vallés (28/02/18)
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PALMA
No se tomen demasiado en serio este 2018, porque por lo visto solo es un año de tránsito.
Nadie lo diría al verlo tan pletórico de cárceles y hasta de disparos, pero insisto en que es un año a no tener en cuenta.
Cada vez que las autoridades municipales, insulares o incluso autonómicas dan una noticia sobre un cambio fundamental, lo dilatan a 2019.
Ya sean terrazas, alquileres turísticos o calificaciones urbanísticas, la postdata siempre es que la situación no entrará en vigor hasta el año que viene.
Todo ocurrirá en 2019. O en 2025, si hablamos de coches eléctricos.
Nuestro objetivo aquí no consiste solo en alertarles sobre un año insípido, de transición y número par, por si todo lo anterior fuera poco.
Además, 2019 es un año electoral, con lo cual el retraso de las medidas estrella al año que viene equivale a postergarlas ‘ad calendas graecas’.
O sea, a barrer la basura debajo de la alfombra en la esperanza de que el próximo Govern, Consell o ayuntamiento pechará con la situación.
Con la particularidad de que el actual Govern, Consell o ayuntamiento también quiere ser el próximo.
Los políticos de Balears se han apuntado a dilatar plazos olvidando con Keynes que, a largo plazo, todos estamos muertos.




